En la noche del 3 de marzo, Sarah Everard cenó en la casa de su amiga en Clapham, en el suroeste de Londres. Se fue a las 9 pm y comenzó a caminar a su casa en Brixton, a unos 50 minutos a pie. La mujer de 33 años, que vestía impermeable verde, pantalón azul, gorro de lana y una mascarilla de color claro, le habló a su novio: Josh Lowth, en el teléfono durante 15 minutos, colgando a las 9:27 p. m. Una cámara de timbre de una casa cerca de Clapham Common la vio a las 9:30 p. m.
Y esa fue la última vez que alguien, ni nada, vio de ella.
Lowth informó que Everard desapareció al día siguiente, después de que ella se perdiera una reunión en el trabajo y él no pudo localizarla, lo que no era propio de ella, según quienes la conocían bien.
«Ella siempre ha sido una amiga excepcional, dejando todo para estar allí para apoyar a sus amigos, siempre que la necesitan». Rose Woollard, quien conocía a Everard desde que eran compañeros de clase en la Universidad de Durham, dijo a la BBC el 5 de marzo, describiéndola como «hermosa, reflexiva e increíblemente amable».
Everard estaba entusiasmada con su nuevo trabajo como gerente senior de cuentas de marketing, dijo Woollard, y agregó: «No es muy característico que haya desaparecido, razón por la cual todos estamos profundamente preocupados de que algo le haya sucedido». También le dijo al Mail Online que había hablado con su amiga ese mismo día, el 3 de marzo, y que «estaba bien. Hablamos de lo aburridos que han sido nuestros días. Creo que estaba lidiando con el encierro como todos nosotros».