Imagine por un momento el siguiente enfoque: ¿Qué pasaría si los médicos pudieran simplemente imprimir un riñón usando las células del paciente, en lugar de tener que encontrar una compatibilidad y esperar que el cuerpo del paciente no rechace el riñón trasplantado?
En la actualidad y a nivel mundial, muchas personas necesitan órganos críticos como riñones, corazones e hígados que podrían salvarles la vida. Sin embargo, debido a los recursos limitados, miles mueren en la lista de espera cada año.
Desde 2013, el número total de pacientes que requieren un trasplante se ha duplicado, mientras que el número de organos de donantes disponibles se ha mantenido relativamente igual.
Como ejemplo, datos recientes de la Fundación Británica del Corazón (BHF) mostraron que el número de pacientes que esperan un trasplante de corazón en el Reino Unido ha crecido un 162 % en los últimos diez años.
tecnología y medicamento Han ido de la mano durante muchos años. Los constantes avances en el campo farmacéutico y médico han salvado millones de vidas y mejorado muchas otras y parece que La bioimpresión tendrá un largo camino por recorrer en los próximos años.
Prótesis y órganos artificiales:
¿Qué es la bioimpresión de órganos o prótesis?
La bioimpresión de órganos es el uso de tecnología Tecnología de impresión 3D para ensamblar múltiples tipos de células, factores de crecimiento y biomateriales capa por capa para producir órganos bioartificiales que imitan perfectamente los órganos reales estética y funcionalmente.
En lo que respecta al sector salud, estas impresoras innovadoras se pueden utilizar para crear implantes e incluso dentaduras postizas. Las prótesis impresas en 3D son cada vez más populares, ya que están hechas completamente a medida, con funcionalidades digitales que les permiten hacer coincidir las características de un individuo al milímetro.
Un mini corazón bioimpreso en 3D
Para iniciar el proceso de bioimpresión de un órgano, y tomando como ejemplo el logro de conseguir imprimir un pequeño corazón, el equipo de investigación de la Universidad de Boston lo creó utilizando una combinación de células cardíacas derivadas de células madre humanas y piezas acrílicas impresas en 3D a microescala.
Puede latir por sí solo, igual que un corazón humano, gracias a su tejido vivo y, según dicen, les servirá para futuras investigaciones sobre el funcionamiento del corazón en el cuerpo humano, especialmente en embriones.

«Este es un avance importante para el campo de la medicamento regenerador. La impresión 3D pretende ofrecer una serie de ventajas sobre las telas de ingeniería hechas a mano, como escalado, mayor precisión de diseño y costos más bajos».explica el profesor Anthony Atala, director del Wake Forest Institute for Regenerative Medicine.
Impresión 3D para mejorar también el preoperatorio
Cabe señalar que no todo está enfocado a generar nuevos órganos o prótesis y el uso de La impresión 3D para la planificación prequirúrgica también está cobrando impulso. El uso de una réplica realista de la anatomía de un paciente permite a los cirujanos intentar procedimientos que antes no habrían podido realizar.
La capacidad de planificar cirugías complejas y entrenar antes del procedimiento utilizando modelos impresos en 3D tiene el potencial no solo de aumentar las tasas de éxito, sino también de reducir el tiempo en el quirófano y el tiempo de recuperación y quién sabe qué. a las nuevas técnicas.
Por ahora los científicos han podido crear vasos sanguíneos, ovarios sintéticos e incluso un páncreas. Estos órganos artificiales luego se cultivan dentro del cuerpo del paciente para reemplazar el original defectuoso. La capacidad de suministrar órganos artificiales que no son rechazados por el sistema inmunitario del cuerpo podría ser revolucionaria, salvando a millones de pacientes que dependen de trasplantes que salvan vidas cada año.
En este momento, el mayor desafío es hacer que los órganos funcionen como deberían. A pesar de la enorme cantidad de progreso que se está logrando en este campo, la mayoría de los investigadores son conservadores con su estimación de la cantidad de años que quedan antes de que se puedan implantar órganos impresos en 3D en pleno funcionamiento en humanos.
Con información de Telam, Reuters y AP