Incluso antes de su llegada a la Casa Blanca, en enero de 2021, el estado de salud del presidente norteamericano es un tema recurrente en los medios internacionales.
Olvidos, caídas y confusión en actos públicos alimentaron todo tipo de rumores y plantearon interrogantes sobre el futuro político de Estados Unidos. Fue el propio Donald Trump quien puso en agenda el tema de la salud de Biden. En campaña para las elecciones de 2020, el entonces presidente aseguró que su oponente político tenía demencia senil.
Biden ingresó a la Casa Blanca a la edad de 78 años y se convirtió en el presidente con más años de servicio de la historia de su país. Desde ese día hasta hoy, una serie de pifias en eventos públicos sacaron a relucir esos agravios de Trump, luego vistos como un gesto desesperado del magnate para conseguir la reelección.
Pero entonces, ¿Se sabe qué le pasa a Biden?
En noviembre de 2021 saltaron las alarmas. La prensa informó que había ido al médico para tener una colonoscopia. Y Kevin O’Connor, que ha servido a los presidentes de Estados Unidos durante doce años, tuvo que marcharse para aportar tranquilidad.
El médico de la Casa Blanca dijo que era sólo un estudio de rutina y que el presidente estaba en forma para llevar a cabo sus funciones.
En esa oportunidad, O’Connor informó que el presidente tenía una neuropatía leve que afectaba sus pies. Y es que, ese informe, especificaba por un lado que Biden camina un poco agarrotado por las secuelas de una fractura y, por otro, que su tos frecuente se atribuye al reflujo gastroesofágico.
El periodismo estaba en alerta. La salud y edad del presidente de Estados Unidos se instaló en la agenda mediática.
Si bien no hubo una investigación que brindara más detalles, los grandes medios locales se arriesgaron a decir en sus editoriales que su edad y condición física impedirán que Biden se presente a la reelección en 2024. Los que no tienen escrúpulos a la hora de abordar el tema son los republicanos.
Prohibido por las grandes plataformas de redes sociales, Trump siguió ingeniándose para lanzar sus dardos venenosos.
Además, en junio de 2021, el legislador de Texas Ronny Jackson envió una carta a la Casa Blanca pedirle al presidente que se someta a una prueba cognitiva.
Más tarde, el gobernador de Texas, Greg Abbott, tras el hallazgo de medio centenar de inmigrantes asfixiados en el tráiler de un camión, dijo que estas muertes se debían a la falta de firmeza del presidente en las políticas migratorias.
Pero Biden no solo es criticado por la oposición: también genera incertidumbre dentro de su propio partido.
Tras la pandemia del coronavirus, Estados Unidos se enfrenta a un panorama complejo: la guerra en Ucrania, la disputa geopolítica con China, los picos históricos de inflación, la crisis migratoria y el aumento de la violencia racial son algunos de estos desafíos que requieren un liderazgo fuerte.
Si bien es tendencia en todo el mundo debido a estos errores y no a sus medidas políticas, surge la pregunta: ¿Podría Joe Biden ser destituido de su cargo?
La Enmienda 25 de la Constitución es clara al respecto: establece que el presidente puede ser reemplazado si no es apto para cumplir con los poderes y deberes de su cargo. En ese caso, la candidata natural para reemplazarlo es la vicepresidenta Kamala Harris.
Entonces, ¿qué se necesita para aplicar la enmienda? ¿El partido demócrata va a hacer renunciar a Biden? La enmienda 25 no es tan fácil de aplicar. El presidente puede apelar la medida y en ese caso debe intervenir el Congreso.
Enmienda o no enmienda, Biden se juega con fuerza en las elecciones de medio término.
En noviembre, Estados Unidos va a las elecciones para renovar la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y 34 gubernaturas.
Debido a la caída en la imagen positiva del presidente, los encuestadores predicen una derrota para el partido Demócrata.
Lo que sí es un hecho es que Joe Biden tiene un mandato hasta diciembre de 2024, plazo que alcanzará con 82 años