La reciente actividad del Popocatépetl ha despertado alarma entre la población. Y a la amenaza que representan las exhalaciones de ceniza, vapor de agua y los constantes temblores, se suman los lahares.
“Los lahares son flujos de lodo y escombros volcánicos. que descienden por las laderas del volcán, incorporando más material hasta depositarse e inundar las zonas bajas. Contienen material volcánico suelto expulsado durante una erupción en desarrollo o erupciones anteriores, que se acumula en las zonas altas del volcán.
“Fluyen por los cauces de los arroyos y su alcance depende del volumen de material movilizado, la cantidad de agua que se incorpora a la mezcla (agua de lluvia, agua de deshielo o arroyos) y la topografía del volcán”, detalla el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred). .
Entre los principales riesgos que existen por la presencia de este fenómeno, se encuentra la la erosión del suelodebido a la naturaleza de los minerales y subproductos de la erupción volcánica.
“Por su alta densidad, pueden ser muy erosivos, transportando grandes bloques en suspensión. Además, debido a la gran velocidad con la que se mueven y la energía que poseen, la probabilidad de sobrevivir a un golpe directo es mínima.
«Además, su impacto en las estructuras es a menudo devastador. Pueden arrasar todo lo que encuentran a su paso y causar daños importantes, incluso en lugares alejados de sus fuentes donde en ocasiones no se prevé su afectación”, señala la Escuela Politécnica del Ecuador.
Según datos del Cenapred, un lahar podría llegar a lugares como La Venta, Buenavista, San Pedro Benito Juárez y Santiago Xalitzintlatodos ellos en un perímetro de unos 15 kilómetros desde el cráter del volcán.
Los lahares no son fenómenos inusuales, pero su posibilidad de aparición aumenta cuando hay procesos eruptivoscomo la del Popocatépetl, por lo que la población debe estar atenta a los avisos que hagan las autoridades.
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