Finalmente, el Partido Republicano no arrasó como pronosticaban algunas encuestas. Pero los resultados finales aún están por llegar.
El martes, Estados Unidos celebró elecciones de medio término -como se conocen las elecciones que se realizan dos años después de una elección presidencial-, cuyos resultados fueron más apretado de lo esperado y todavía hay varias incógnitas.
El fuerte avance del opositor Partido Republicano que vaticinaron algunos analistas finalmente no se produjo. Pero aún no se han computado todos los resultados y quedan muchas preguntas por responder.
Esto es lo que se sabe y lo que aún no se sabe por el momento:
Control del Congreso
Aunque con la papeleta ya muy avanzada el Partido Republicano va por delante en la Cámara de Representantes, aún no se sabe qué formación lo controlará durante los próximos dos años.
Según las proyecciones de los principales medios estadounidenses, los republicanos obtuvieron 197 escaños, frente a los 167 de los demócratas. Ambos todavía están lejos de los 218 necesarios para asegurar la mayoría.
La victoria del demócrata John Fetterman en Pensilvania, en una noche extremadamente tensa marcada por un laborioso conteo de votos, ofreció a Biden la esperanza de retener el control de esta cámara, donde los republicanos tenían una ligera ventaja en las encuestas.
En el Senado, la situación es similar. Aparecen demócratas y republicanos empatado con 48 escaños para cada partido, pero aún quedan cuatro contiendas por decidir, todas en estados considerados oscilantes, que pueden optar tanto por el bando conservador como por el progresista. Hasta la madrugada del miércoles, aún se desconocía el ganador en Wisconsin, Georgia, Arizona y Nevada.
gobernaciones
Una de las pocas certezas de la noche era que no existía la ola republicana anticipada, por lo que varios sondeos y analistas apuntaban a que los conservadores arrasaban y se imponían por amplios márgenes en varias de las contiendas electorales, tanto en el Senado como -especialmente- en la casa de Representantes.
Una de las buenas noticias para el Partido Demócrata fue que le quitó al Partido Republicano dos gobernaciones del país: Massachusetts y Maryland.
Aunque ambos estados son de tendencia progresista, habían sido gobernados por republicanos durante los últimos años y ahora volverán al control demócrata.
Alivio para Joe Biden
Los republicanos vieron cómo varios de los candidatos que habían sido promovidos con mucho vigor por el expresidente Donald Trump (2017-2021) perdían sus respectivas contiendas.
El expresidente, que sigue teniendo una gigantesca influencia en el Partido Republicano, salió perjudicado en estos comicios, en momentos en que todo indica que prepara su candidatura presidencial para 2024.
Si la noche fue mala para Trump, lo contrario es cierto para el actual presidente, Joe Biden. El demócrata llegó a las elecciones con su popularidad por los suelos y con la amenaza de que los republicanos arrasarían con su partido en el Congreso, algo que no sucedió.
Todavía es posible que los demócratas pierdan ambas cámaras, pero al menos el presidente puede respirar un poco más tranquilo.
Fuente: EFE