Fijar con listones La escotilla. A pesar de que la temporada de huracanes tuvo un comienzo lento, existe un 60 por ciento de posibilidades de que se produzca una temporada de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal este año, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.
Este período de junio a noviembre provoca nerviosismo entre las reaseguradoras y sus inversores. Las acciones suelen tener un rendimiento inferior en la primavera y el verano, y se recuperan en el otoño, cuando el probable impacto en las ganancias de la temporada de huracanes de EE. UU. es más claro.
Las reaseguradoras pueden soportar la tensión. Munich Re ha asumido históricamente la mayor parte (3,4 por ciento) de las pérdidas por huracanes de la industria de seguros, dice Berenberg. Pero su balance muestra que puede hacerle frente. En el peor de los casos, su exceso de capital de 16.200 millones de dólares solo se reduciría en un tercio, dicen los analistas.
El enfoque en los huracanes refleja el daño extraordinario que pueden causar los vientos ultra fuertes. El huracán Katrina en 2005 todavía tiene el récord como el huracán más caro de la historia, costando a la industria de seguros $ 87 mil millones en precios de 2020.
Pero centrarse en los grandes eventos puede inducir a error. Los costos de tormentas, incendios e inundaciones menos severos se acumulan rápidamente, dado que el calentamiento global aumenta su frecuencia y gravedad. En 2021, los riesgos secundarios, incluidas las inundaciones, representaron más del 70 por ciento de todas las pérdidas aseguradas, dice Swiss Re Institute. Fue el primer año en que dos eventos de peligro secundario separados, la tormenta de invierno Uri en los EE. UU. y las inundaciones de julio en Europa occidental y central, causaron cada uno más de $ 10 mil millones en pérdidas.
Hay una gran necesidad insatisfecha de seguros. Durante la última década, el 83 por ciento de las pérdidas económicas mundiales por inundaciones no estaban aseguradas. Pero son difíciles de modelar y predecir, dada la menor cantidad de datos que existen para huracanes o terremotos. Eso está cambiando, según Swiss Re, que dice que las capacidades de modelado han mejorado cubriendo más de la mitad de su exposición a riesgos secundarios.
Esa confianza necesita ser probada. El cambio climático hace que los eventos extremos sean más probables. Esa tendencia, a su vez, debería traer oportunidades para estas aseguradoras.
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