Salvo sorpresas improbables de última hora, la iniciativa político-electoral del presidente de México perderá el voto calificado en la Cámara de Diputados, ya que Morena y sus aliados no podrán sumar los votos necesarios para una reforma constitucional. No llegarán a las dos terceras partes de los diputados presentes, es decir, a 334 si concurren los 500 a la sesión respectiva.
En lo que será un fracaso de la política y la negociación, se desperdiciará la oportunidad de emprender una de las reformas de mayor alcance de su tipo en al menos los últimos 25 años. Desde el mismo momento del anuncio sobre su presentación, la oposición declaró que “eso no sucederá”, actitud negativista que traiciona la esencia del quehacer legislativo, centrado en la discusión, la negociación y el acuerdo.
Y del lado de Morena, tras un breve lapso en el que parecía que la iniciativa tenía futuro con los votos del PRI, la posición morenista fue que la aprobarían en comisiones (donde sí tiene mayoría), pero sin cambiando cualquier cosa. Ante esta doble intransigencia, fue muy difícil que prosperara la importantísima iniciativa.
He dicho y sostengo que lo relacionado con el INE no es lo más importante de la iniciativa, a pesar de que la consigna de “salvarlo de las fauces” del lopezobradorismo ha sido un eficaz instrumento de propaganda que logró una marcha multitudinaria en México. Ciudad, con movimientos similares en decenas de ciudades. Esta movilización terminó por convencer a los líderes priístas de que sus diputados no debían apoyar la reforma electoral, radical en varios de sus contenidos.
Sin embargo, habrá que ver -a la hora de las campañas y de las votaciones- si la falsedad de que se proponía desaparecer el INE es suficiente para que la oposición encubra contenidos de la iniciativa que sí cuentan con apoyo popular, como demuestra la encuesta realizada por Ulises Beltrán y Asociados por encargo del INE y también una serie de entrevistas del periodista Juan Becerra Acosta a los manifestantes del domingo 13, a las que ya me he referido.
Entre los contenidos propuestos por AMLO que cuentan con amplio respaldo del electorado se encuentran:
-Reducción del número de diputados y senadores.
-Elección por voto popular de concejales del INE y magistrados del TEPJF.
-Disminución de la financiación pública de los partidos políticos.
-Reducción del enorme presupuesto del INE y su transformación en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
-Desaparición de órganos locales (OPLES) y juzgados estatales.
Desde otro ángulo, la oposición perderá la oportunidad de acabar o reducir al mínimo la sobrerrepresentación que prevalece actualmente en la integración de los congresos federal y estatal. AMLO propuso la conversión en legisladores de representación proporcional de los que ahora son elegidos por mayoría relativa. Cuando se rechace esta evolución, los partidos conservarán la posibilidad de tener hasta 8 puntos porcentuales de sobrerrepresentación, lo que implica subrepresentación de otros partidos.
PLUS ONLINE: Talón de Aquiles que está dejando de serlo
La pérdida de imparcialidad de dos de sus directores y un presupuesto que sigue siendo excesivo son algunos de los motivos de fundadas críticas al INE. Sin embargo, hay que reconocer que en el área de la auditoría, que he caracterizado como el talón de Aquiles del INE, ha habido avances significativos en los últimos 5-6 años.
Atrás quedaron, en buena hora, los tiempos en que la Unidad de Fiscalización del INE, encabezada por un operador priísta (Alfredo Cristalinas), favorecía al otrora partido hegemónico y le aconsejaba evadir sanciones u ocultar irregularidades, todo ello con la complacencia de la mayoría. de los directores de entonces.
Este martes 29 de noviembre, el Consejo General del INE impuso sanciones por 673 millones de pesos a los líderes nacionales y locales de los partidos por diversas anomalías en su gasto ordinario en 2021. De estas multas, la mayoría (323 millones, 48%) corresponden a Morena (El Heraldo de México, 30/11/22), partido que tiene dificultades para presentar una adecuada rendición de cuentas.
Es deseable que la Unidad de Control continúe y perfeccione su revisión del gasto de los partidos. La estricta rendición de cuentas es el mínimo exigido a los partidos que reciben abundantes recursos del presupuesto público.
POR EDUARDO R. HUCHIM
COLABORADOR
@EDUARDORHUCHIM / omniacolumna@gmail.com
MAÍZ
Continuar leyendo: Reforma electoral: Cuando la política fracasa