Un día, hace unos años, alguien creyó reconocer a Laurent Fignon en las calles de París. «Tú eres el que perdió un Tour por ocho segundos en la última etapa», le arremetió. El francés, flemático, ya fallecido, le respondió sin cortarse. «No, yo soy el que ganó dos Tours de Francia». Podría haber añadido “y un Twist”, pero lo ahorró.
Lo mismo le podría pasar algún día, en el futuro, a Primoz Roglic, si alguien la detiene en medio de un paseo. ¿Eres tú el que perdió un Tour en la penúltima etapa cuando lo tenía en el bolsillo? Te lo contarían, recordándote lo ocurrido en la contrarreloj de La Planche de Belles Filles en el Tour 2020.
“No, yo soy el que ganó tres Vueltas y un Giro”, puede espetar el esloveno sin perder un ápice de razón.
cuatro grandes
A sus 33 años, el ciclista de Jumbo acumula un palmarés espectacular
A sus 33 años, el ciclista Jumbo -lleva toda su carrera, desde 2016, en la estructura holandesa- acumula un espectacular palmarés donde, además de los cuatro grandes (y otros dos podios), dos Tirreno-Adriático, Destacan dos Tours de Romandía, un París-Niza, un Dauphiné, una Vuelta al País Vasco, una Volta a Catalunya y una Lieja.
Compatriota de Pogacar, entre él y su compatriota han convertido a Eslovenia en la nueva meca del ciclismo. Entre los dos han ganado seis de las últimas once carreras de tres semanas. Y en este 2023 suman un total de 21 triunfos. Si Pogacar (EAU), nueve años menor, es el espectáculo, la fantasía y el genio que lucha y se atreve con todo y casi siempre sale ileso, Roglic es el maestro de los trucos que desafían la lógica, el mago de las remontadas, el alquimista capaz de vencer la desgracia.
No tiene el aura de intocable o imbatible. Es un campeón letal, que pierde y cae. Pero el que se levanta con una fuerza inusitada. Especialista en rejuvenecimiento. Ha sobrevivido a tormentas que habrían hundido cualquier barco. Tras la humillación del Tour 2020, dos semanas después ganó en Lieja y un mes y medio después se apuntó a su segunda Vuelta a España. Tuvo que abandonar el Tour 2021 por las lesiones provocadas por una caída en la tercera etapa y se recuperó para ganar el oro en la contrarreloj de los Juegos de Tokio y su tercer Tour.
No hubo cuarto porque en 2022, cuando Evenepoel empezaba a recortar tiempo, cayó en Tomares, en la 17ª etapa, tras atacar y esprintar por el plus. Se dañó el brazo izquierdo, tocó desde el pavé del Tour, y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. El Giro, donde también se cayó en la quinta y undécima jornada, ha sido su respuesta. El inicio de la cadena en la contrarreloj del sábado, cuando la tortilla empezaba a dar vueltas, lo habría movido cualquiera menos un tipo con un récord como el suyo.
Y sí, evidentemente se está perdiendo un Tour, sí, pero no es menos cierto que sus constantes ataques en los escenarios de Galibier y Granon el año pasado fueron fundamentales para la victoria de su compañero Vingegaard en París. En una gran táctica de Jumbo, ambos se turnaron para demarcar en el Telégrafo y el Pogacar, que siempre les respondía, acabó pagándolo con un descalabro en el Granón. El danés ya no caería amarillo.
No hay que olvidar que el esloveno que hizo historia al ganar tres Vueltas seguidas (2019-2021) y que, muy a su pesar, es recordado por el Tour perdido, se dio a conocer en Italia. El Giro fue el primero grande que corrió en 2016, donde ya ganó su primera etapa (ese mismo año) y donde en 2019 subió por primera vez al podio final como tercero por detrás de Carapaz y Nibali.
El sábado, tras ganar en Monte Lussari y conseguir el camiseta rosa, hizo la entrevista con su segundo hijo en brazos. El pequeño, que nació en enero y ya estuvo de gira por Cataluña en marzo con su madre, tendrá dos nuevos lobos de peluche con los que jugar. El Giro entrega uno cada día al dueño del maillot rosa. Con solo dos días de rosa le bastó a Roglic, agazapado, esperando su remontada definitiva.
A partir del 26 de agosto, en Barcelona, intentará el doblete Giro-Vuelta. Algo que solo han conseguido tres hombres: Eddy Merckx (1973), Giovanni Battaglin (1981) y Alberto Contador (2008).
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