¿Romance con Malena Blaquier o gestiones diplomáticas?

«Lilibeth», el apodo de Reina Elizabeth, sufrió entre la obligación de un joven soberano dedicado a su pueblo y su amor, el difunto Felipe de Edimburgo. Un príncipe que se marcha en su coche descapotable o se esconde en un taxi, que compró para no ser descubierto, por clubes y casas de amigos en Londres. Infidelidades e historias de amor nunca probado o fotografiado.

En ese momento no había paparazzi ni redes sociales. Hubo otros tiempos y otros códigos.

Este comportamiento lo habría llevado algún día al Cono Sur, más precisamente a Argentina, en una historia que tiene aire de leyenda y algunos vestigios de realidad.

El príncipe y la reina, en una imagen de 1959. Foto: AP

El príncipe y la reina, en una imagen de 1959. Foto: AP

Pudo haber sido uno de esos serias aventuras románticas del apuesto príncipe, que -dice la leyenda- viajó para encontrarse con uno de sus grandes amores: Malenita Blaquier, en la Finca La Concepción.

Malena Nelson Hunter de Blaquier Fue la gran dama de la sociedad argentina. Murió en 2017 en Buenos Aires y con ella dejó una de las mujeres que más revolucionó la alta sociedad porteña.

En 1959, 22 años después de casarse Juan José Silvestre Blaquier Elizalde, Malena quedó viuda. Tenía 42 años y nueve hijos. A partir de entonces, el aristócrata pasó a gestionar el complejo agroindustrial de la familia. La propiedad más imponente de la familia es La concepción, una finca de 6.000 hectáreas a 140 kilómetros de la Capital Federal.

Malena Nelson Hunter de Blaquier en un archivo de imagen

Esa casa llegó a los titulares cuando Philip de Edimburgo se quedó en él en 1962.

El príncipe consorte de Inglaterra habría viajado a Argentina (y esa sería la otra cara de la historia) en una estrategia del gobierno británico con el presidente Arturo Frondizi, para evitar un golpe.

Sin embargo, el 27 de marzo de ese mes, las Fuerzas Armadas decidieron deponer al presidente. Fue entonces cuando la viuda de Blaquier se ofreció a quedarse en La Concepción. «Felipe compartí la finca con mis hijos y yo, además de la boda que nos cuida. Era un hombre muy simpático, muy divertido, atento, tolerante … ”, recuerda Malena en una entrevista.

Cuando ocurrió el golpe contra Frondizi, el Palacio y el Ministerio de Relaciones Exteriores exigieron que el duque de Edimburgo abandonara Argentina de inmediato.

El piloto del avión era el comandante Middleton, que no era otro que el abuelo de Kate, ahora duquesa de Cambridge y futura reina. Nadie pudo comunicarse con él. Felipe de Edimburgo pasó por un golpe de Estado sudamericano, en uno de los balnearios más bellos de la provincia de Buenos Aires, Totalmente enamorado. Era 1962.

Malena Blaquier negó el romance. «Lo único que me conecta con el duque es nuestra pasión por el polo».

Sin embargo, fue la única vez que la reina Isabel estuvo al borde del divorcio. Todos los embajadores argentinos que llegaron al Palacio de Buckingham mencionaron el polo, los Blaquier, los Heguys, los caballos. La reina se tensó al escuchar el apellido.

Proyecto Clarín

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