Los más de 260 combatientes que abandonaron el planta Azovstal, su último reducto en Mariupol, fue transportado a dos localidades controladas por separatistas respaldados por Moscú, dijeron funcionarios de ambos bandos. Otros combatientes (se desconoce exactamente cuántos) permanecen dentro de las ruinas de la fábrica de acero fortificada que ocupa más de 11 kilómetros cuadrados (4 millas cuadradas) de la ciudad controlada por Rusia.
La caída de Azovstal supondría la ocupación total de Mariupol, un hito significativo en una de las batallas más sangrientas de la guerra. Para Rusia, sería su «victoria» más importante de la guerra hasta el momento después de numerosos reveses, tanto militares como diplomáticos. Ha sufrido numerosas bajas y el presidente Vladimir Putin se encuentra cada vez más aislado en el escenario internacional. Finlandia y Suecia han anunciado que abandonarán su posición de neutralidad y pedirán unirse a la OTAN, un gran revés para el líder ruso.
El fin del sitio de Mariupol permitiría la reubicación de las tropas rusas que luchan en otras partes del corazón industrial de Ucrania.
Pero Ucrania ha tratado de convertir la evacuación en un símbolo a su favor, destacando el papel que jugaron los combatientes de Azovstal para levantar la moral ucraniana y mantener atadas a las tropas que Rusia no podía enviar a otra parte.
“Ucrania necesita héroes ucranianos vivos. Es nuestro principio”, dijo el presidente Volodimir Zelensky al anunciar que las tropas habían comenzado a abandonar la fábrica y su laberinto de túneles y búnkeres.
«Se sigue trabajando para traer a los hombres a casa y se necesita delicadeza y tiempo», dijo.
No está claro qué pasará con los combatientes, y un funcionario ruso cuestionó si Moscú estaría dispuesto a entregarlos en un intercambio de prisioneros.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, dijo que 264 combatientes habían sido evacuados de la planta, 53 de ellos «gravemente heridos» y llevados a instalaciones médicas. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dio cifras ligeramente diferentes: 265 evacuados, 51 de ellos gravemente heridos. Al principio no hubo explicación para la discrepancia.
El lunes por la noche, varios autobuses acompañados de vehículos militares rusos salieron de la planta. Un video del Ministerio de Defensa ruso no mostraba soldados armados. En el video, los rusos sintieron a los ucranianos por armas. Algunos se fueron en camillas.
Oleksandr Danylyuk, ex jefe de seguridad nacional y ministro de finanzas de Ucrania, le dijo a la BBC que, dado que la planta no podía ser liberada, la evacuación y el transporte negociados al territorio controlado por Rusia eran «la única esperanza» para los defensores de Azovstal. .
Los que permanecen en la planta todavía “son capaces de defenderla. Pero creo que es importante entender que han cumplido su misión principal y ahora hay que salvarles la vida”, señaló.