¿Sientes más hambre cuando bajas de peso? Esto dice un estudio

Parecería una contradicción que el hecho de que perder esa grasa que traigas más y luzcas más saludable, activa todos esos mecanismos que regulan el hambre y la saciedad, para que a la larga te sientas más hambriento y con más apetito que nunca.

Es como si tu cuerpo te pidiera y siempre quisiera estar gorda porque al parecer, lucir más delgado y más guapo no le basta y necesita hacerte comer de forma más sencilla, como mecanismo de supervivencia.

Y entonces esto significa que el control de peso no sólo se ve favorecida y regulada por el consumo y gasto de energía, sino que el cuerpo está experimentando muchas otras y más complejas adaptaciones para resistir los cambios que conducen a pérdida de peso. Al fin y al cabo, tu cuerpo siempre buscará la homeostasis, es decir, mantener el equilibrio en todos sus sistemas, y más aún cuando se encuentra sometido a restricción calórica.

¿Por qué tu cuerpo se resiste a las dietas de adelgazamiento?

¿Sientes más hambre?

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Esto es curioso, pero un cuerpo con un peso saludable intentará mantenerse así porque, digamos para empezar, que es lo único que sabe y lo que mejor le funciona. Al parecer, lo mismo sucede con el cuerpo de una persona con sobrepeso u obesidad, ya que si bien no es su peso ideal o el más beneficioso para ella, en caso de que haya una pérdida de kilos como sucede con las dietas, también buscará volver a pasado, que al fin y al cabo ya lo había asimilado bien y lo mantenía funcional.

Una investigación realizada en Noruega y publicada en el Revista estadounidense de fisiología, endocrinología y metabolismoque como primer mundo como es, también tiene su propia tasa de obesidad, con aproximadamente 1 de cada 4 hombres de mediana edad y 1 de cada 5 mujeres con un índice de masa corporal igual o superior a 30 kg/m2 según el Instituto Noruego de Salud Pública Health, se encargó de estudiar el apetito de 34 personas obesas que fueron seguidas durante un programa de reducción de peso y ejercicio durante dos años, con el fin de investigar por qué el mantenimiento del peso a largo plazo se vuelve tan complicado.