Te gusta alguien en Tinder. Tú haces fósforo. Empiezas a charlar con esta persona y al cabo de un rato (o no) te encuentras con ella para almorzar, cenar, tomar un café o una cerveza. Se encuentran cara a cara y te lo pasas bien charlando sentado en un bar o restaurante. Es hora de pagar, un momento incómodo para muchos.
Si la cita salió bien, tal vez no te importe invitar, pero ¿y si no salió bien y no queréis volver a vernos? Quieres ir a la mitad pero no sabes cómo decirlo o si es apropiado. En Holanda encontraron la solución a esta embarazosa situación. Se llama Tikkie una aplicación móvil que cambió citas románticas en los Países Bajos.
Surgió hace solo 5 años, pero ya se ha convertido en una aplicación esencial en muchas actividades sociales holandesas. Tikkie, disponible para iOS y Android, es una aplicación gratuita que vendría a ser la Bizum española pero en lugar de servir para enviar dinero (en la mayoría de los casos), se utiliza para solicitarlo a través de solicitudes de pago digital, a través de WhatsApp, Messenger, SMS o código QR. En Holanda, se conoce como «haz un tikkie».
Tikkie, que ya cuenta con 7 millones de usuarios registrados, se ha popularizado como una aplicación para pedir dinero después de una cita o una ruptura. Como muestran algunos comentarios en Twitter en el portal Magnet, los holandeses piden cantidades ridículas por razones realmente sorprendentes.
¿Quien paga? Nuevas reglas
La aplicación AFP Photo
Según varios sitios web, la llegada de Tikkie a la vida amorosa holandesa cambió las reglas de las citas. Si bien los holandeses tenían fama de ser directos y tacaños, Tikkie terminó confirmando el mito. Una niña cuenta cómo un niño, después de dos citas, le pidió los cinco euros de los dos cafés que había tomado con él. Otra joven explica que su cita, después de escribirle: “Tuve una gran cita. «¡Me encantaría volver a verte!» Pidió los 15 euros que gastó en el restaurante.
Otra captura muestra cómo un niño le pide a otro 0,25 céntimos de euro después de haber visto una película en casa a través de su cuenta de Netflix. Tikkie te permite enviar una solicitud con cualquier monto. Un hombre le preguntó a una mujer con la que acababa de romper los 200 euros equivalentes al tiempo que pasaron en su piso de alquiler mientras estaban juntos. Incluso hay uno que pidió media botella de vino que bebieron en una cita.
La guía práctica para solicitar un Tikkie Tikkie se generalizó tanto entre la sociedad holandesa que algunos sitios web produjeron una guía de buenas prácticas. Entre otros, recomiendan no pedir una cantidad inferior a cuatro euros y evitar solicitar el dinero inmediatamente después de la cita o dos meses después de la estancia, salvo que sea una gran cantidad de dinero (30 euros).
s = 20 En cualquier caso, cada cultura es diferente y cada persona hace lo que considera más adecuado para su economía. Los «sureños», quizás por nuestro carácter, tendemos no darle tanta importancia al dinero y vivir más el día a día, sin pensar en las consecuencias. Preferimos invitar a un amigo y disfrutar de una cerveza bien fresca en compañía que solos, aunque con la intención de que la próxima ronda invite al otro.
Fuente: La Vanguardia
Te gusta alguien en Tinder. Tú haces fósforo. Empiezas a charlar con esta persona y al cabo de un rato (o no) te encuentras con ella para almorzar, cenar, tomar un café o una cerveza. Se encuentran cara a cara y te lo pasas bien charlando sentado en un bar o restaurante. Es hora de pagar, un momento incómodo para muchos.
Si la cita salió bien, tal vez no te importe invitar, pero ¿y si no salió bien y no queréis volver a vernos? Quieres ir a la mitad pero no sabes cómo decirlo o si es apropiado. En Holanda encontraron la solución a esta embarazosa situación. Se llama Tikkie una aplicación móvil que cambió citas románticas en los Países Bajos.
Surgió hace solo 5 años, pero ya se ha convertido en una aplicación esencial en muchas actividades sociales holandesas. Tikkie, disponible para iOS y Android, es una aplicación gratuita que vendría a ser la Bizum española pero en lugar de servir para enviar dinero (en la mayoría de los casos), se utiliza para solicitarlo a través de solicitudes de pago digital, a través de WhatsApp, Messenger, SMS o código QR. En Holanda, se conoce como «haz un tikkie».
Tikkie, que ya cuenta con 7 millones de usuarios registrados, se ha popularizado como una aplicación para pedir dinero después de una cita o una ruptura. Como muestran algunos comentarios en Twitter en el portal Magnet, los holandeses piden cantidades ridículas por razones realmente sorprendentes.
¿Quien paga? Nuevas reglas
La aplicación AFP Photo
Según varios sitios web, la llegada de Tikkie a la vida amorosa holandesa cambió las reglas de las citas. Si bien los holandeses tenían fama de ser directos y tacaños, Tikkie terminó confirmando el mito. Una niña cuenta cómo un niño, después de dos citas, le pidió los cinco euros de los dos cafés que había tomado con él. Otra joven explica que su cita, después de escribirle: “Tuve una gran cita. «¡Me encantaría volver a verte!» Pidió los 15 euros que gastó en el restaurante.
Otra captura muestra cómo un niño le pide a otro 0,25 céntimos de euro después de haber visto una película en casa a través de su cuenta de Netflix. Tikkie te permite enviar una solicitud con cualquier monto. Un hombre le preguntó a una mujer con la que acababa de romper los 200 euros equivalentes al tiempo que pasaron en su piso de alquiler mientras estaban juntos. Incluso hay uno que pidió media botella de vino que bebieron en una cita.
La guía práctica para solicitar un Tikkie Tikkie se generalizó tanto entre la sociedad holandesa que algunos sitios web produjeron una guía de buenas prácticas. Entre otros, recomiendan no pedir una cantidad inferior a cuatro euros y evitar solicitar el dinero inmediatamente después de la cita o dos meses después de la estancia, salvo que sea una gran cantidad de dinero (30 euros).
s = 20 En cualquier caso, cada cultura es diferente y cada persona hace lo que considera más adecuado para su economía. Los «sureños», quizás por nuestro carácter, tendemos no darle tanta importancia al dinero y vivir más el día a día, sin pensar en las consecuencias. Preferimos invitar a un amigo y disfrutar de una cerveza bien fresca en compañía que solos, aunque con la intención de que la próxima ronda invite al otro.
Fuente: La Vanguardia