No hay nada más engañoso que creer que el progreso es una conclusión, que considerar algunas medidas como una solución completa. Con nuevas leyes, con alertas generalizadas, con marchas, con manifestaciones, con gritos desesperados, hoy 4 de cada 5 mujeres en el mundo aceptan que han sido acosadas al menos una vez en la vida; más de treinta mil niñas son obligadas a contraer matrimonio y muchas de ellas son objeto de trata de personas, explotación sexual y víctimas de genocidio. El año pasado las cifras de feminicidios en el mundo fueron escandalosas: 87.000 mujeres fueron asesinadas, de las cuales 50.000 tuvieron como perpetrador a su pareja o algún familiar suyo.
Es definitivo, aunque hay que aceptar que hay materia para decir que hemos actuado a favor de la paridad de género y la seguridad de las mujeres, la materia no está cerrada. Aún con las cifras de muertes, las brechas salariales, la discriminación permanente y el lenguaje que sigue fomentando la exclusión y la segregación, tendremos que darnos cuenta de que, en realidad, solo hemos dado unos pocos pasos.
Y es que si creemos que la clave está en las autoridades estamos profundamente equivocados, ya que si repasamos nuestra historia, no hay cambio social que no surja de la comunidad, porque las acciones determinadas provienen de núcleos familiares, de comunidades. que modifican la forma de relacionarse y de la sociedad civil en general.
Con motivo del 8 de marzo, cuando conmemoramos el Día de la Mujer, en el Senado unimos esfuerzos con todos los grupos políticos y asociaciones representadas para que aprobemos por unanimidad cambios en la legislación que serán de mayor relevancia para nuestro país y para esta lucha. por los derechos de las mujeres que no dejaremos pasar hasta que veamos que la normalización de la igualdad es la medida en todos los rincones del país.
Aprobamos que las lesiones por razón de género, ya sea por violencia física, psíquica, económica o sexual, contra las mujeres perpetradas por cualquier persona, sean perseguidas de oficio por el Ministerio Público, no sólo para combatir la impunidad, sino para evitar que sea ejemplar en términos de inhibición del delito. Ello sumado a una reforma que también ordena que se investiguen de oficio las lesiones cuando el medio con el que se cometan sean ácidos o sustancias tóxicas, ya que este tipo de conductas no solo busca herir, sino que lo hace desde la afrenta de la apariencia física.
Asimismo, con el acuerdo de todas las fuerzas políticas en el Senado, reformamos la ley para que los estados garanticen espacios y transporte público seguro para mujeres, niñas y adolescentes que cada vez se ven más obstaculizadas en el tránsito diario por temor a ser vulneradas. acosado y herido. No hay manera de que las mujeres podamos salir a trabajar, a estudiar, a cuidar de nuestras familias, si no se garantiza la seguridad, si no se garantiza que regresaremos vivas a nuestros hogares.
También pensamos en la educación y el impacto que tiene en las nuevas generaciones, por eso se aprobó una iniciativa que presenté para que se incluya la perspectiva de género en los planes de estudio de todos los niveles porque todos creemos que el cambio debe ser desde nuestra conciencias, de una generación cada vez más inclusiva y consciente de los problemas sociales que no se combatirán si no de raíz.
Sí, se podrán aprobar las leyes, aplicar los presupuestos, poner en marcha las acciones, pero nada seremos si no pasamos por esa puerta que ya abrimos y dejamos entrar a todos; Y la forma en que podemos hacer funcionar este corredor que se nos ha abierto es con nuestras acciones y pensamientos cotidianos, desterrando prohibiciones arcaicas, eliminando micro y macro violencias contra las mujeres y entendiendo que en este mundo somos iguales y merecemos las mismas oportunidades y incentivos E insisto, no hay cambio que no venga del convencimiento social y del reconocimiento de un pueblo mexicano que, aun con el lastre histórico, es capaz de revertirlo en beneficio de todos nosotros.
Por: Nuvia Mayorga Delgado.
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