Silencio en el centro de Asunción es sepulcral. De vez en cuando se oye pasar un coche. Un ruido de motor que solo por unos segundos rompe la tranquilidad de la soleada mañana de lunes festivo. Atrás quedó el estruendo de los fuegos artificiales y la alegría de los miembros del Partido Colorado, quienes en la noche del domingo celebraron la victoria de Santiago Peña en el Elecciones presidenciales de Paraguay.
En la capital paraguaya, este Día del Trabajo significa descanso del trabajo y también fin a la vorágine política que consumió al país en las últimas semanas.
El resultado del domingo significa que Santiago Peña se convertirá en el octavo presidente de Paraguay desde el retorno de la democracia. Asumirá el cargo el 15 de agosto. reemplazando a Mario Abdo Benítez, sucesión que significa que el Dominio histórico del Partido Colorado en Paraguay seguirá vigente.
En este sentido, cabe recordar que, en los últimos 75 años, acaba de perder una elección contra Fernando Lugo, en 2008.
Sorpresa en los resultados
La primera reacción a la contundente victoria de Santiago Peña y el Partido Colorado es una sorpresa. No porque no pensaran que el partido más tradicional de Paraguay saldría victorioso, sino por la forma en que lo hizo. Análisis anteriores hablaban de un escenario cercano y de una incertidumbre que se truncó prácticamente desde que comenzó el conteo y la ventaja de Peña sobre Efraín Alegre nunca bajó de los 15 puntos porcentuales.
«La oposición dividida no gana»
Para el escritor y analista Carlos Mateo, las claves del triunfo del Partido Colorado deben estar Búscalos en la oposición. “La oposición dividida no gana. En 2018 logró una mejor articulación y consiguió muchos más votos que ahora. Ahora estaban divididos entre la Concertación, Payo Cubas y otros, entonces dividieron los votos. Entre todos sumaron más votos que la ANR”, explica a Clarín.
Repasar los números sirve para dar una idea de la magnitud del triunfo. Santiago Peña obtuvo 1.291.914 votos (42,7% de los votos), mientras que Alegre obtuvo 830.617 (27,4%), una diferencia rotunda de más de 15 puntos porcentuales. Párrafo aparte para Payo Cubas, el candidato antisistema que quedó tercero con 692.614 votos (22,9%), cifra que lo convierte en un actor de peso en la política paraguaya.
“Un resultado totalmente inesperado, que nos demuestra que en el escenario anterior circuló mucha desinformación. Nadie imaginaba que podía pasar esto: el predominio absoluto del Partido Colorado y el surgimiento del Payo Cubas como el antisistema, que termina siendo un sistema”, explica a Clarín el exdiputado y consultor político Sebastián Acha.
La sorpresa que recorre la sociedad paraguaya y que verbaliza Acha tiene que ver con abundantes denuncias de corrupción que circuló durante toda la campaña contra el Partido Colorado, y contra su presidente, Horacio Cartes. “Esto demuestra que el Partido Colorado es inmune a cualquier criticaUn partido con una tremenda vocación de poder que es imbatible en las elecciones”, completa Acha.
El Congreso
Los números en el Congreso fueron igual de convincentes. El Partido Colorado obtuvo el 43,6% de los votos para el Senado, y tendrá 24 senadores de 45 para la próxima legislatura. Una mayoría absoluta que hasta ahora no tenía.
en diputados, ganó 49 escaños de 80, 6 más de los que tenía hasta ahora. Una abrumadora mayoría que no sólo le permitirá sacar proyectos de ley y leyes sin depender de otras fuerzas, sino que lo pone protegido de la posibilidad de juicio político. También ganó 14 de las 17 gobernaciones disputadas.
«La inapelable victoria de Santiago Peña le da plena legitimidad y lo posiciona para empezar a construir su propia identidad política y reconstruir la unidad del Partido Colorado”, explica Acha, en referencia a las divisiones internas que han aquejado al partido en los últimos tiempos, dividido entre quienes reportan al actual presidente, Mario Abdo Benítez. , y el sector al que pertenece Peña, cercano al expresidente, Horacio Cartes.
La contundencia de la victoria fue tal que Cartes, que se había mantenido al margen de la campaña por acusaciones de corrupción,finalmente subió al escenario junto a Peña para celebrar la victoria.
El flamante presidente le dedicó su primer reconocimiento en el discurso que dio cuando la tendencia indicaba que su triunfo ya era irreversible, donde le agradeció “una victoria roja y paraguaya”. El propio Cartes habló más tarde y afirmó que quiere ser «una herramienta» para el gobierno entrante.
Si bien la victoria de Peña significa el fortalecimiento de Cartes dentro del Partido Colorado, analistas estiman que el presidente deberá decidir qué actitud tomar con respecto a su mentor.
“En las elecciones para senadores y diputados ganaron varios exponentes de la ANR que están en la vereda frente a Cartes. Para que Peña realmente una al partido va a tener que tender puentes con estos sectores”, detalla Acha.
Retrasos y el espejismo de la alta participación
A lo largo del día, una de las máximas repetidas por las autoridades electorales fue que el nivel de participación ella era muy alta. Impresión que se corroboró al recorrer las escuelas del centro de Asunción.
Líneas largas que serpenteaba por escaleras y patios, saliendo en algunos casos incluso de las propias escuelas. El dato de alta participación fue significativo, pues era un indicador de que la oposición podía aspirar a prevalecer sobre el poder de movilización del aparato colorado.
Sin embargo, luego de las elecciones, el Tribunal Superior de Justicia Electoral determinó que la participación fue del 63%. Apenas dos puntos por encima del 61% registrado en las elecciones de 2018 que Mario Abdo Benítez ganó por poco a Efraín Alegre.
maquinas electronicas
“La idea de que hubo una participación alta, mucho más de lo habitual, la produjo los retrasos de la gente para votar con máquinas electrónicas. Como la gente tardaba más en entender cómo funcionaban y luego en votar, se creaba la impresión de que había más gente en los centros de votación”, explica Acha.
Los retrasos en la votación eran palpables. En una escuela visitada por Clarín En el centro de Asunción era constante el flujo de personas que se acercaban a una máquina colocada en uno de los costados del patio.
“Hay mucha gente que me pide que explique, sobre todo los mayores”, confirma a este enviado Ana, la mujer encargada de explicar el funcionamiento de la máquina. En otra escuela, hubo retrasos causados por una de las máquinas. se rompió después de que una persona insertó una boleta doblada, lo que provocó que el dispositivo se atascara.
«La participación de alrededor del 60% Es una alta participación para un país como Paraguay. Sucede que, en un contexto con un aparato tan fuerte como el de los colorados, se necesita más”, confiesa Acha.
Con un número de afiliados que los cálculos más conservadores sitúan entre 1 y 1,2 millones de personas, el Partido Colorado tiene un piso aproximado cercano al 25% de los votos de un registro de alrededor de 4,8 millones de votos. . En un escenario como el de este domingo, esos números muestran cuánta ventaja tiene un candidato de Colorado en cualquier elección presidencial.
Asunción, enviado especial
ap