La decisión no sorprende por la impronta que la plataforma se llevó con Elon Musk, pero promete polémica.
La red social Twitter decidió retirarse del código de buenas prácticas contra la desinformación en Internet de la Unión Europea (UE), aunque debe seguir aplicando sus reglas si quiere seguir operando en la región, dijo el comisario europeo de Industria, Thierry Breton , informó hoy.
“Puedes correr, pero no puedes esconderte. Más allá de los compromisos voluntarios, la lucha contra la desinformación será una obligación legal en virtud de la DSA (Ley de Servicios Digitales) a partir del 25 de agosto”, escribió Breton en esa misma red. social, propiedad de Elon Musk.
“Nuestros equipos estarán preparados para hacer cumplir la ley”, advirtió, citado por la agencia de noticias AFP.
Unas 30 empresas se adhieren a este código de buenas prácticas, creado en 2018 con la participación en la redacción de gigantes de la industria como Meta, Google, Twitter, Microsoft y TikTok.
El texto incluye unas 40 recomendaciones destinadas a establecer la cooperación con los servicios de verificación de información y detener las páginas publicitarias que difunden noticias falsas.
Además, promueve el refuerzo de medidas que traten de evitar cuentas falsas, granjas de bots que amplifiquen mensajes engañosos o suplantaciones de identidad.
La salida del código de Twitter no fue una sorpresa.
Tras haber adquirido esa plataforma el año pasado, el millonario suavizó la moderación en el servicio de mensajes cortos.
La plataforma dejó de advertir a sus usuarios sobre contenido potencialmente falso y comenzó a cobrar el «cheque» azul de usuario verificado, con lo que dejó de ser una función para distinguir perfiles relevantes.
«Si (Musk) no se toma en serio el código, es casi mejor que lo abandone», dijo anoche un funcionario de la Comisión Europea.
Se espera que el código de buenas prácticas entre en vigor el próximo 25 de agosto y se adhieran a él casi una veintena de plataformas digitales con más de 45 millones de usuarios activos.
Quienes no cumplan pueden recibir una multa de hasta el 6% de su facturación anual mundial.
Las empresas deberán eliminar de inmediato el contenido ilegal, asegurarse de que la publicidad personalizada no esté dirigida a menores y limitar la información errónea y el contenido dañino, como el ciberacoso.