Tras el ataque a la prisión de Elenovka, en Donetsk, donde murieron 50 personas y 130 resultaron heridas, Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de la autoría de facto, ya que en ese lugar se encontraban prisioneros de guerra ucranianos, entre los que se encontraban los soldados que Luchó en Azov, defendiendo Mariupol.
El ataque ha sido tan mediático y escandaloso que las autoridades ucranianas anunciaron que solicitaron a la Cruz Roja y a la ONU que verifiquen el estado de sus soldados detenidos por las fuerzas rusas.
El funcionario ucraniano de derechos humanos Dmytro Lubinetsk dijo en la televisión nacional que había solicitado la intervención de organizaciones internacionales para ir a Elenovka. Hasta el momento se sabe que la Cruz Roja hizo un pedido para acudir al lugar afectado, pero aún no ha obtenido la autorización de los rusos, dijo Lubinetsk.
Por su parte, el presidente Volodimir Zelensky señaló que el acuerdo de entrega de los combatientes de Azov, negociado por la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, incluía garantías de seguridad, por lo que también solicitó la intervención de estas dos entidades.
En respuesta a la solicitud de Ucrania, el Secretario General de las Naciones Unidas se ofreció a investigar el atentado. «Con respecto a la tragedia en la prisión de Elenovka, estamos listos para enviar un grupo de expertos capaces de realizar una investigación que requiera el consentimiento de las partes», dijo el portavoz adjunto Farhan Haq en un comunicado recogido por la agencia. TASS ruso.
El portavoz ha señalado que Naciones Unidas, no obstante, solo enviará esta misión de investigación si recibe «permiso de ambas partes», en relación con Kyiv y Moscú.
mn (Europa pres, afp)