¿Un buque espía de Rusia en aguas de Bélgica? Bruselas sospecha y busca proteger infraestructura clave

Varios países europeos con costa en el Mar del Norte temen que sus cables eléctricos o gasoductos puedan ser blanco de Moscú.

La OTAN y los gobiernos europeos, especialmente los que tienen costa en el Mar del Norte, llevan meses buscando fórmulas para proteger infraestructuras esenciales ubicadas en el fondo del mar como cables eléctricos, de transferencia de datos o gasoductos. Todos temen que puedan estar en el radar de Rusia como objetivos para destruir o sabotear.

Y este miércoles reforzaron la guardia: Bélgica informó que investigan la presencia de un barco ruso que podría ser espionaje.

La región marítima que va desde la costa noreste francesa hasta Dinamarca es una de las regiones con más infraestructura submarina del mundo y por ella pasan estructuras esenciales para el abastecimiento energético de esos países. Estas aguas son también unas de las de mayor tráfico marítimo.

Sin saber aún (continúa la investigación de los países ribereños) quién destruyó el gasoducto Nordstream, los gobiernos están atentos para que no vuelva a ocurrir algo similar.

Cinco meses después de la explosión, todavía está en marcha una investigación conjunta de los gobiernos danés, sueco y alemán. Los tres Ejecutivos reconocen que la investigacion esta paralizada.

La Alianza Atlántica y la Unión Europea anunciaron el 11 de enero la creación de un grupo de trabajo conjunto que elaborará una lista de medidas a tomar para fortalecer la protección de infraestructuras europeas esenciales ante lo que consideran una amenaza rusa. Las primeras conclusiones del trabajo de ese grupo deben estar listas en semanas.

Una terminal del gasoducto Nordstream en el Mar Báltico, en una imagen de archivo. Foto: AFP

sospechas

La última amenaza parece venir de nuevo del mar y esta vez se centra en Rusia. El ministro belga de Justicia y Asuntos del Mar del Norte, Vincent Van Quickenborne, reconoció este miércoles en sede parlamentaria que los servicios secretos y militares belgas siguieron en noviembre la presencia en aguas territoriales belgas -anteriormente en holandesas- de un barco que consideran un barco espía ruso.

¿Qué hacía ese barco ruso vagando por aguas holandesas y belgas? Según el gobierno holandés, se trataba de cartografiar el subsuelo submarino para establecer exactamente dónde hay infraestructuras energéticas. Según Van Quickenborne, «el paso (del barco ruso) es sin duda parte del contexto más general de la guerra en Ucrania».

El servicio secreto militar holandés fue el que anunció este lunes que había detectado la presencia del barco espía ruso en sus aguas.

Las autoridades belgas explican que el barco ruso navegaba con el sistema de identificación automática (AIS) apagado y que la investigación busca entender qué estaba haciendo porque no parecía tener un propósito claro y no tocó puerto. El AIS es un sistema de seguridad obligatorio que permite conocer de forma automática la identidad del buque en cuestión.

En Europa desconfían de las intenciones del líder ruso Vladimir Putin respecto a las infraestructuras clave. Foto: EFE

El ministro reconoce: «No sabemos las motivaciones precisas de este barco ruso pero no debemos ser ingenuos, más teniendo en cuenta que su comportamiento era sospechoso y que navegaba cerca de nuestros parques eólicos (Bélgica es una de las potencias europeas en energía eólica). energía offshore), gasoductos y cables submarinos, así como otras infraestructuras críticas”.

El funcionario prometió en un comunicado tomar todas las medidas necesarias para asegurar la infraestructura. Bélgica reforzará la presencia naval militar en sus aguas: «Nuestros servicios de información y seguridad están atentos a cualquier escenario».

La presencia de barcos rusos en el Mar del Norte no está prohibida por ninguna sanción europea, pero los países pueden obligar a un barco extranjero a abandonar sus aguas territoriales si lo consideran una amenaza para su seguridad, como en este caso los belgas y holandeses.

La Armada belga no actuó contra el barco ruso más allá de vigilarlo, pero los holandeses sí lo obligaron a abandonar la zona por la que navegaba.

Ni el gobierno holandés ni el belga hicieron pública la identidad del buque ruso, pero los medios belgas hablan del «Admiral Vladimirsky», un buque de investigación oceanográfica, no militar.

En noviembre, antes de sobrevolar aguas belgas y holandesas, ya fue detectado por la Marina británica en aguas escocesas navegando cerca de campos petroleros y plataformas de extracción de hidrocarburos. También se investiga la presencia de un segundo barco, el «Academic Boris Petrov».

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