Si hablamos de historia del arte en general, podemos sintetizarla con algunas obras maestras. Obras centrales que han transformado las convenciones estéticas de su época, abriendo otras dimensiones de la creación, codificando nuevos lenguajes y generando una percepción de la realidad sin precedentes.
La genuina innovación artística es una propuesta particular, una forma de visión que transforma y altera todas las propuestas anteriores y posteriores. En cada época, el arte presenta un abanico de creación que va desde lo ya conocido hasta la indiferencia de lo no visto. En el campo de las repeticiones y el campo de las innovaciones, una nueva propuesta trasciende las convenciones establecidas.
Por su temática, pocos artistas son a la vez universales y mexicanos. La obra de Rafael Cauduro incluye lo esencial en una obra de arte: ser una nueva lectura, reinterpretación y recreación de la realidad desde sí misma. En su obra, los elementos, las cosas, los hombres y las mujeres son ellos mismos, pero vistos con otros ojos que revelan al otro, el de ellos y el nuestro, confundiéndonos entre los límites de la realidad y la fantasía. .
Sus obras invitan a la participación de quien las observa, nos introducen a tocarlas con reserva, a tocarlas con incredulidad para intentar romper el hechizo hipnótico de la mirada. Lo que estamos viendo no es lo que estamos experimentando. La realidad pictórica cuestiona la significación de lo real. La realidad ya no es algo dado, consumado y definitivo, es una realidad que se configura en el acto de percibir, esta inquietante síntesis de la realidad convencional y lo real imposible, la ha logrado Cauduro a través de la verosimilitud.
Cauduro fue radicalmente innovador, propuso un cambio de sensibilidad y nos presentó una visión inédita del objeto, donde los sentidos ratifican la falsedad de sus percepciones. Concepciones llenas de vitalidad y una fantasía intangible proyectada en imágenes que parecen reales, pero no lo son. Obras de vanguardia que enfatizan al espectador, quien es el encargado de dar sentido a lo que está mirando; De esta forma, el artista deposita su confianza en el público, que deberá completar el sentido de su obra.
Cauduro nació en 1950 en la Ciudad de México y fue uno de los artistas más influyentes e innovadores que ha tenido nuestro país. Su formación como arquitecto y diseñador industrial fue decisiva para el impecable tratamiento técnico de todas las obras que realizó desde una delineada concepción espacial, formal, material y técnica.
Recién en febrero de este año, el artista celebró cinco décadas de trabajo creativo en el Colegio de San Ildefonso con la exposición retrospectiva “Un Cauduro es un Cauduro” donde a través de una selección de más de 160 obras, el público conoció la técnica y aportaciones narrativas de este creador.
Muchos se han referido a Cauduro como el maestro del hiperrealismo en México. Sin embargo, dijo, ante los intentos de encasillarlo, que su obra partía de los antónimos de la palabra realidad: ilusión, trampa, falsedad; voces, todas ellas, que revelan la fragilidad de nuestros sentidos para captar la realidad.
Rafael Cauduro es un artista irrepetible, creador de su propio alfabeto estético. Ver un Cauduro es dudar de todo lo que se ve, pero también es reconocer siempre una obra universal.
POR BERNARDO NOVAL
CEO DEBE QUERER GRUPO
@BERNIENOVAVAL Y @MUSTWANTEDG
CAMARADA
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