La mayor organización científica española sufre un importante ataque de ransomware que le ha obligado a cortar todas las comunicaciones entre sus centros. Aún no se ha recuperado.
Desde la invasión de Ucrania, la ciberataques desde Rusia han aumentado en los países que han mostrado su apoyo al país invadido. Los centros científicos gubernamentales son un objetivo principal para los piratas informáticos rusos.
Como sucedió antes con el Instituto Max Planck o la NASA, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)sufrido el 16 y 17 de julio un grave ataque de ransomware desde Rusiaque se detectó el día 18.
Inmediatamente se activó el protocolo marcado por el Centro de Operaciones de Ciberseguridad (COCS) y el Centro Criptológico Nacional (CCN).
Según informa el Ministerio de Ciencia e Innovación en nota de prensa, “hasta la fecha no se ha detectado pérdida o secuestro de información sensible o confidencial”.
Las medidas utilizadas para controlar y resolver el ataque han llevado a un corte de acceso a la red en varios centrossiguiendo el estricto protocolo internacional necesario para frenar el incidente y garantizar que el ataque no se extiende a los centros que no han sido directamente afectados.
El CSIC está formado por 121 institutos y tres centros nacionales repartida por todas las comunidades autónomas, por lo que depende de una extensa red informática que conecta todos los centros.
Según el Ministerio de Ciencia e Innovación, a pesar de que han pasado 15 días desde el ataque del ransomware, solo una cuarta parte de los centros del CSIC han recuperado la conexión a Internet. El resto permanece incomunicado.
El CSIC dispone de múltiples mecanismos de seguridad que ya han impedido unos 260.000 ataques registrados.
Desde la invasión de Ucrania, España elevó la alerta de ciberseguridad al nivel 3, de los 5 disponibles.
Ataques como este contra instituciones clave de los países amigos de Ucrania se han repetido sin cesar desde febrero pasado. Rusia también está sufriendo numerosos ciberataques en sus organismos públicos.
La guerra del siglo XXI no solo se libra en el campo de batalla.
Con información de Telam, Reuters y AP