un equipo inestable, con ideas y dudas que se multiplican

«Hay una Boca que se queda adentro y otra afuera, así que yo me quedo con la primera». Esa frase que usó Miguel Ángel Russo en medio de rumores y versiones sobre conflictos, continuidades, propuestas y tantos inventos que siempre acechan el día a día del club, se erosiona por un solo flanco: Boca que se ve en el campo.

Allí, donde durante mucho tiempo –con el partido ante Vélez como gran excepción– no hay idea ni niveles claros según los objetivos del equipo. En el terreno de juego, los sistemas y apellidos se cambian de una fecha a otra en la búsqueda de una identidad que se encontró muy rápidamente a principios de 2020, pero que no volvió a ocurrir después de la pandemia.

Y por eso comienza otra semana con el técnico pensando en qué fichas usar, cómo avanzar a la etapa de la Copa Argentina (el miércoles jugará ante Defensores de Belgrano) y con el clásico ante Independiente en el horizonte como clave en la liga. calendario de copa.

La boca puertas exteriores Tejerá rumores, se difundirán versiones, se instalarán líneas y desaparecerán tras el hot crossover entre Fabra e Izquierdoz. El de dentro de casaYa con Russo al frente, se preocupa por solucionar lo que importa: el fútbol. ¿Cuán? Es la pregunta para un equipo que no ganó en casa en 2021 después de seis partidos, que no logra tejer continuidad en el desempeño y que no parece tener un plan de juego claro si Edwin Cardona no está en la cancha.

Russo busca explicaciones.  (Foto: AFP).

Russo busca explicaciones. (Foto: AFP).

“Me preocupa no mantener los niveles individuales partido a partido. A través de la acción individual, apoyamos al colectivo. Si caen, nos cuesta más.«Fue la descripción del técnico tras el partido. Fue un mensaje para tus futbolistas.

Y en esta parte de la historia, el técnico parece acertar en el minuto 90 ante el Talleres en el que todo lo bueno que había hecho su equipo en dos partidos se disolvió fácilmente: errores defensivos graves, falta de elaboración del mediocampo y un aislado ataque, con espasmos de conexión. Fragilidad en el cuerpo a cuerpo y un pasividad indiscutible en los últimos movimientos que costó el juego.

Excepto por alguna carrera de Villa, el resto de individualidades de Boca fallaron con creces. Incluido Tevez, el capitán. ¿Y colectivamente? El cambio en el sistema del técnico tras una buena prueba con River no se entendió y pareció sumar a la confusión. Un hecho: en 2021 Miguel Ángel Russo ya ha utilizado toda su plantilla. Fueron 27 futbolistas que tuvieron al menos un partido como titulares, incluidos los tres porteros.

En lo que va de 2021, Boca ha disputado 12 partidos. Ganó solo 3 (Newell’s, Claypole y Vélez), empató 7 (incluidos dos Superclásicos y la final ante Banfield) y perdió los 2 restantes: Santos y Talleres. Resulta que la inestabilidad de tu juego hace que las derrotas maximicen tus dudas.

Con una adición: en un mes comenzará la fase de grupos de la Copa Libertadores y la escuadra de Boca estará así. No habrá más incorporaciones e incluso puede sufrir alguna pérdida si los mercados aún activos (Brasil y MLS, por ejemplo) insisten en contratar a un futbolista. Con Wanchope Ábila, por ejemplo, hay negociaciones para un traslado que recibe el atacante a Estados Unidos.

En 48 horas habrá una nueva aventura de 90 minutos. ¿Será el equipo de Vélez o el de Sarmiento y Talleres? ¿Habrá la ilusión del equipo que mereció vencer a River o la apatía del que goleó Santos? Quizás jueguen la mayoría de suplentes, los que son hoy pero que pueden ser titular mañana. Como Zárate y Soldano. O reaparecen jóvenes, como Alan Varela y Medina (¿es su momento?). Mientras que la Dentro de la boca buscar soluciones y Boca afuera navegar entre los rumores, el Boca de la corte saldrá a jugar de nuevo. Y ese Boca no pinta nada bien.

Noticia de Argentina

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