El informe Panorama Social 2022 proyecta que 201 millones de personas (32,1 % de la población total de la región) viven en la pobreza, advirtió este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su último informe.
De esos 201 millones de personas, 82 millones (13,1%) viven en la pobreza extrema. Estas cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en situación de pobreza en comparación con la situación previa a la pandemia y que el número de personas en pobreza extrema será 12 millones superior al registrado en 2019.
A pesar de la ligera disminución registrada en 2021, las proyecciones indican que las tasas se mantendrán por encima de los niveles previos a la pandemia en 2022 en toda la región, según el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022, presentado en Santiago de Chile, que aborda la educación y sus papel en el debate de políticas para la recuperación en la región como tema central.
“Luego de un fuerte crecimiento de la pobreza y un ligero aumento de la desigualdad de ingresos en 2020, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, 2021 reportó una reducción en las tasas de pobreza extrema y pobreza y un crecimiento de los estratos de ingresos medios, que no fue suficiente para revertir por completo los efectos negativos de la pandemia”, explica la publicación.
La Comisión proyecta que para finales de 2022 habrá un ligero aumento de la pobreza extrema respecto a 2021, debido a los efectos combinados del crecimiento económico, la dinámica del mercado laboral y la inflación, que representa una regresión de un cuarto de siglo para la región
Incidencia por grupos de población
Como en años anteriores, la CEPAL señala que la incidencia de la pobreza es mayor en algunos grupos de la población de la región:
- más del 45% de la población infantil y adolescente vive en la pobreza
- la tasa de pobreza de las mujeres de 20 a 59 años es más alta que la de los hombres en todos los países
- La pobreza es considerablemente mayor en la población indígena o afrodescendiente
En 2021, la desigualdad de ingresos (medida por el índice de Gini) disminuyó levemente con respecto a 2020 en América Latina, ubicándose en 0,458, niveles similares a los de 2019.
Tiempo, Desempleo proyectado para 2022 representa un retroceso de 22 añosafectando especialmente a las mujeres, para quienes el desempleo pasó del 9,5% en 2019 al 11,6% en 2022.
“La cascada de choques externos, la desaceleración del crecimiento económico, la débil recuperación del empleo y la creciente inflación profundizan y prolongan la crisis social en América Latina y el Caribe”, dijo el secretario ejecutivo del organismo de la ONU, durante la presentación del documento. .
José Manuel Salazar-Xirinachs explicó que “no ha sido posible revertir los impactos de la pandemia en términos de pobreza y pobreza extrema y Los países enfrentan una crisis silenciosa en la educación que afecta el futuro de las nuevas generaciones”.
Transformar los sistemas educativos
Por eso, hizo un llamado a los países a invertir decididamente en educación y a convertir esta crisis en una oportunidad para transformar los sistemas educativos.
Durante la pandemia, América Latina y el Caribe sufrió el apagón educativo más largo a nivel internacional (en promedio 70 semanas de cierre de tiendas frente a 41 semanas en el resto del mundo), exacerbando las desigualdades preexistentes en acceso, inclusión y calidad.
En este período, una de las principales limitantes para la continuidad educativa fueron las desigualdades en el acceso a conectividad, equipamiento y habilidades digitales.
En 2021, en ocho de 12 países de la región, más del 60% de la población pobre menor de 18 años no tenía conectividad en el hogar.
Si la CEPAL no actúa ahora, advierte sobre el «riesgo de cicatrización permanente en las trayectorias educativas y laborales de las generaciones más jóvenes» en la región. De hecho, las pérdidas de aprendizaje ya se han medido en el Caribe y en América Latina.
Por ejemplo, El porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudia ni trabaja por cuenta ajena aumentó del 22,3% en 2019 al 28,7% en 2020afectando especialmente a las mujeres jóvenes (el 36% de ellas se encontraban en esta situación, frente al 22% de los hombres).
brechas de género
Por otro lado, persisten importantes brechas de género en términos de desempeño y áreas de formación.
En promedio, las alumnas se desempeñan peor en matemáticas y ciencias durante la educación básica, Profundización de las disparidades en los cuartiles de ingresos más bajos. Asimismo, en la mayoría de los países de la región la proporción de mujeres graduadas en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas no supera el 40%.
A pesar de los avances de las últimas décadas en el acceso e inclusión educativa en todos los niveles, desde la primera infancia hasta la educación superior, los países de la región arrastraban serias deudas en materia de igualdad y calidad previo a la crisis provocada por la pandemia, que ya dificultaba alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 sobre educación para el año 2030.
En línea con la Cumbre de Transformación de la Educación de las Naciones Unidas celebrada este año, El documento brinda varias recomendaciones de política para hacer de esta crisis una oportunidad para transformar los sistemas educativos de la región.
Las instituciones sociales son un factor crítico para la efectividad de las políticas sociales y un elemento transversal para lograr un desarrollo social inclusivo, sostiene la CEPAL en el Panorama Social 2022.
El gasto social del gobierno central alcanzó el 13% del PIB en 2021 en América Latina, un nivel inferior al de 2020 pero muy superior al registrado en las últimas dos décadas. En el Caribe, el gasto social alcanzó el 14,1% del PIB en 2021, marcando un nuevo máximo histórico. Por su parte, el gasto en educación alcanzó el 4,1% del PIB (30,5% del gasto social total) en toda la región.
“Si bien el gasto público promedio en educación en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2019 alcanzó el 4,9% del PIB, cifra levemente superior a la de la región (4% del PIB en 2019), el gasto en educación por nivel educativo es seis veces la cantidad por alumno de América Latina y el Caribe en preprimaria, 5,7 veces en primaria, 5,3 veces en secundaria y 6,1 veces en educación terciaria”, especifica el post.
“Estamos ante una cascada de crisis que ha agudizado las desigualdades y carencias en la región. Este no es el momento de cambios graduales, sino de políticas transformadoras y ambiciosas”, aseguró Salazar-Xirinachs.
Y agregó que “se requieren esfuerzos de políticas públicas intersectoriales que vinculen la oferta educativa con la salud, el trabajo y la protección social, y que permitan establecer mecanismos para garantizar un nivel de bienestar e ingresos en una época de volatilidad e incertidumbre”.
Por ello, instó a los países a construir “nuevos pactos sociales acompañados de contratos fiscales para avanzar en el fortalecimiento de la democracia, la cohesión social y garantizar la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección social en la región”.
Con información de un.org