Hace un par de meses publicó una nota periodística afirmando que el Sistema de Agua de la Ciudad de México gastaría 78 millones de pesos en un proyecto para llevar agua a nuevos desarrollos inmobiliarios, en construcción en Paseo de la Reformaproporcionando alrededor de 3 millones 500 mil litros de agua por día.
Cuando el suministro de agua sea más limitado que hoy y lleguemos al llamado día cero, la realidad confirmará que el desarrollo inmobiliario desmedido nunca es ni será la opción para incentivar la recuperación económica, y mucho menos de manera sostenible.
Hace tiempo que vengo advirtiendo sobre la ilegalidad en que se generan los Acuerdos Administrativos que permiten desarrollos como este: más de 20 edificaciones en Paseo de la Reforma que demandan una gran cantidad de recursos en zonas ya sobreexplotadas y comprometen los servicios públicos.
Me pregunto ¿qué pasa con la deuda histórica de vivienda en otras zonas de la capital? El ritmo de explotación es tal que no hay año en el que a los alcaldes les guste Iztapalapa o Azcapotzalco en tiempos cruciales, su población no sufre escasez de agua.
Los remedios ante la escasez son siempre meras reacciones que de manera muy deficiente dan una «solución» al problema, porque hablar de soluciones implica atender al fondo y no tapar con un dedo el sol, o en este caso tapar el fuga con un dedo.
Hablando de fugas, recuerda el Programa de Sectorización de la Red de Agua en la Ciudad de México, de los cuales el Gobierno a su vez nos va a dejar un anticipo del 58% con una inversión de 955.5 millones de pesos? Por eso, vuelven las preguntas, ¿por qué no invertir más en reparar fugas que en nuevos desarrollos? O por qué no pensar en la planificación como una solución fundamental.
El IMCO, con datos del Banco Mundial, publicó un estudio sobre la disponibilidad de agua por persona en nuestro país, señalando que en 1960 la disponibilidad era de 10 mil metros cúbicos, esto significa 10 millones de litros por persona al año. Ahora, se estima que la disponibilidad por persona para 2030 es de 3 millones de litros, es decir, un 70% menos. El problema no es menor.
Es irónico desarrollar megaproyectos consentidos por la jefe de Gobierno densificar las mismas áreas de la Ciudad, en lugar de brindar servicios de calidad a quienes han sufrido las mismas condiciones durante décadas y así cubrir la deuda histórica de la que tanto se habla.
No cabe duda que las personas que viven en los municipios menos favorecidos en el acceso al vital líquido, requieren que se redoble la inversión en el mantenimiento y reparación de la red hidráulica, pero, por el momento, parece que el capricho inmobiliario se torna fuera a ser la prioridad.
Gaby Salido
Representante local en la Ciudad de México
@gabysalido
MAÍZ
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