El secretario de Estado francés de Digital, Cédric O, acogió con satisfacción el acuerdo alcanzado en menos de un año por los Estados miembros. «Un acuerdo tan rápido es excepcional», dijo. Estos textos son «quizás los más importantes en la historia de la regulación digital», agregó.
One («Ley de servicios digitales», DSA) tiene como objetivo combatir el fraude y el contenido ilegal. Un ejemplo: impondrá que las plataformas más grandes tengan los medios para moderar el contenido que alojan.
El otro está vinculado a los mercados («Digital Markets Act», DMA) y su finalidad es reprimir las prácticas anticompetitivas de grandes grupos tecnológicos, como «GAFAM» (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft).
Este texto constituye un cambio absoluto de filosofía. Después de años de perseguir en vano las infracciones de estas grandes multinacionales en un sinfín de juicios, Bruselas quiere imponerles una serie de obligaciones y prohibiciones.
La aprobación por parte de los Estados miembros de la versión actual de las dos leyes, que incluye algunos cambios con respecto a la propuesta inicial, allana el camino para iniciar negociaciones sobre los textos finales con el Parlamento Europeo (diálogo tripartito).
Este último aún tiene que definir su posición. El martes, los eurodiputados alcanzaron un acuerdo en el marco de su Comité de Mercado Interior (IMCO) sobre la DMA, y su texto se presentaría en diciembre al pleno de la Asamblea. En cambio, las discusiones resultan ser más complejas con respecto a la DSA y algunos temen retrasos que podrían disociar el momento de las dos regulaciones.
«Enfoque brutal»
Francia, que ocupará la presidencia rotatoria de la UE durante seis meses a partir de enero, espera que ambas leyes se finalicen antes del verano (boreal). El objetivo es que entren en vigor a partir del 1 de enero de 2023.
«Los dos textos están íntimamente ligados, son las dos caras de una misma moneda, una (la DMA) se centra en los aspectos económicos, y la otra (la DSA) en los aspectos sociales», subrayó este jueves Thierry Breton, comisario de Mercado. Interno.
«Comenzaremos los diálogos tripartitos sobre el DMA a principios de enero, y existe una necesidad urgente de que comiencen con el DSA lo antes posible», dijo.
Este proceso legislativo contó con el apoyo de Frances Haugen, lanzador de alertas de Facebook, a principios de mes. Pero los gigantes digitales luchan por proteger sus intereses.
El ‘lobby’ de las grandes empresas tecnológicas, Computer and Communications Industry Association (CCIA), que ya había sido crítico con las enmiendas de los eurodiputados a la DMA, volvió a advertir este jueves sobre los peligros que suponen unas normativas demasiado restrictivas. «La DMA debe adaptarse para evitar las consecuencias indeseables de un enfoque brutal», argumentó.
En la DMA, bajo presión de Alemania, los 27 refuerzan el papel de las autoridades nacionales de competencia, que podrán iniciar investigaciones sobre posibles infracciones cometidas en sus territorios.
En cuanto a las DSA, otorgan a la Comisión Europea la potestad de actuar contra las plataformas gigantes en caso de verificar infracciones graves, algo que hasta ahora era poder del Estado que albergaba su sede europea. Irlanda, que tiene varias sedes para estos grupos, a menudo ha sido criticada por su tolerancia hacia ellos, por el bien de su propia economía.