“Viajo a La Plata todos los años para tramitar un ajuste en ANSeS”

Por decisión judicial, mis ingresos mensuales de jubilación deben ser iguales al salario de un profesor interino de once años, pero ANSeS garantiza que no hay forma de saber el valor de ese salario, por lo que me corresponde a mí viajar a La Plata todos los años y solicitar un recibo al Ministerio de Educación. Para ello, primero debo solicitar ANSeS modelo 137/2005, que el Ministerio me exige para realizar el trámite.

Una vez obtenido el comprobante de vencimiento (que no siempre se entrega el mismo día), se inicia un procedimiento de ajuste en ANSeS.

El reajuste demora aproximadamente un año, por lo que siempre estoy cobrando un año de atraso. Por si fuera poco, en 2020 no pude viajar por la pandemia y ahora no puedo porque el Ministerio de La Plata está cerrado y no atiende al público. Entonces, en 2021, sigo cobrando la jubilación de 2019 y no sé por cuánto tiempo.

¿Cómo es que ANSeS no tiene un sistema para acceder a las actualizaciones salariales, no solo para los docentes, sino para cualquier otra actividad? ¿Cómo es que no acepta las escalas salariales aprobadas por el Gobierno para el reajuste? ¿Por qué obligan a los adultos mayores a emprender un viaje agotador para poder obtener lo que se merecen? Y quién no puede moverse, ¿no sería hora de aprovechar mejor la tecnología que existe?

María Eva Moggia

evamoggia@yahoo.com.ar

Voces, quejas y expectativas de los jubilados

En el momento de la jubilación, ANSeS ofrece la alternativa de permanecer en el servicio social que estaba en dependencia o PAMI.

En mi caso, opté por quedarme en mi obra social: OSPEA (Servicio Social para Personal Superior y Profesionales de Empresas Aerocomerciales) / UPSA-GALENO. Lamentablemente, en mi bono de jubilación deducen $ 7,688 por mes, lo cual es obligatorio para PAMI, aunque, según sea el caso, no utilizo ninguno de sus servicios. Es decir, es inaceptable estar pagando dos obras sociales, PAMI y OSPEA, y no permitir tomar como pago a nombre de OSPEA (mi obra social elegida), la cantidad que deducen y obligatoriamente dirigen a PAMI.

Quizás bajo el disfraz de una ley o resolución vergonzosa o burocráticamente distorsionada. Los jubilados somos un grupo débil, sin fuerzas y sin tiempo, por eso pedimos que el vergonzoso descuento se corrija lo antes posible. Recuerde que, para los políticos, «los ancianos son los más vulnerables, valiosos y sagrados a quienes el Estado debe proteger por todo lo que ha dado a lo largo de su vida».

Roberto Guazzini

roberto.guazzini@fibertel.com.ar

Como jubilado, en varias ocasiones me quejé del personal de ANSeS por la falta de servicio, la dificultad de agendar, la imposibilidad de comunicarme por teléfono, etc. En esta ocasión, les escribo para felicitar al personal de UDAI Palermo, ubicado en Avenida Santa Fe 5140, CABA. Me instalaron el 17 de marzo, con una trabajadora del hogar jubilada, para presentar un problema que surgió. Tuvo que viajar de urgencia a la ciudad de Londres, Departamento de Belén, provincia de Catamarca, y necesitaba cambiar de banco para recibir su jubilación (cobra el mínimo) y por sistemas informáticos el turno más cercano fue para el mes de mayo. .

A su vez, me gustaría aclarar que solo hay un banco en esa ciudad y ese es el Banco Nación Argentina. Agradezco la amabilidad de informar la buena voluntad y disposición tanto del hombre que nos atendió en la puerta de entrada a la agencia ANSeS como de la señora a quien nos refirió, en pocos minutos solucionó el problema y nos entrenó al nivel. de usuario necesario para mi equipo., para poder cambiar la entidad de cobranza.

Lo que expongo debe ser normal y habitual en una sociedad que cada uno cumple con su función y prestando su servicio que corresponde a otro ciudadano. Simplemente ofrezco mis felicitaciones a los empleados de ANSeS UDAI Palermo, para que este ejemplo se pueda repetir en todos los organismos públicos, que el servicio brindado tenga en cuenta las necesidades de la población.

Claudio Andermann

candermann@gmail.com

Desde noviembre de 2019, se suspendió mi pago de jubilación, sin conocimiento de los motivos. Aclaro que vivo solo, tengo 96 años, y he sobrevivido desde ahora hasta ahora, gracias a la buena voluntad de mi hermana, que me ayuda a pagar alimentos, medicinas, impuestos, etc. Destaco que también es una persona mayor, jubilada y no es fácil para ella afrontar tales gastos.

Por las razones anteriores, mi situación es muy difícil. dado que ese beneficio de pensión está suspendido, es mi único apoyo financiero. Inicié la Queja con Solicitud No. 113986171 en UDAI Flores, habiendo concurrido a dicha agencia luego de solicitar turnos en varias ocasiones, a pesar de tener problemas de movilidad, sin presentar ninguna solución a mi problema, limitándome a indicar que tenía que hacer la queja a través de ANSeS Virtual, donde tengo registrada la denuncia desde el 22 de diciembre de 2020, sin ningún resultado hasta el momento.

Espero que sepa comprender la situación planteada y que se me proporcione una rápida solución humanitaria al problema planteado.

Rita Santa Pisano

misama1939@yahoo.com.ar

La severidad no percibida por el Gobierno y los agentes criminales para avanzar en línea para protegerse, condenando a otros más expuestos a la muerte, es similar y tan condenable como la de un capitán de barco que, ante la falta de embarcaciones, opta por salvar su vida. vida, y condenar a muerte a otros pasajeros.

No es un comportamiento extraño de la vicepresidenta que quiere encarnar el liderazgo de la Justicia hacia los que menos tienen, pero en realidad niega esa intención. Dejando de lado los hechos de corrupción por los que fue procesado y condenado, la exigencia de extraer dos pensiones privilegiadas que importan alrededor de US $ 350.000 de los recursos de la ANSeS que se distribuyen a los jubilados, constituye una afrenta a su declarada intención de liderazgo y defensa de la mayoría. vulnerable.

Es restar recursos para los que menos tienen, condenándolos, como en el caso de las vacunas, a los que reciben menos de veinte mil pesos mensuales, que son cerca del 80% de los jubilados, languideciendo y muriendo por falta de alimentos y medicinas.

Alfredo Andreotti

xintetico@mac.com

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