Zoé Valdés presenta exposición de Ramón Unzueta en Miami

MIAMI– La muestra De isla en islacon la obra del pintor cubano Ramón Unzuetaserá inaugurado este 20 de mayo a las 19 horas en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, en miami (1200 Coral Way, Miami, FL 33145).

El escritor Zoe Valdés, cuya relación con el artista fue entrañable, dará una charla sobre el creador. En diálogo con Diario Las Américas, Valdés describió su amistad con Unzueta.

cartel de la exposición. Museo Americano de la Diáspora Cubana

Cartel de la exposición.

Cartel de la exposición.

Museo Americano de la Diáspora Cubana

¿Cuándo conociste a Unzueta, cómo fue su relación, qué destacarías de su personalidad?

Conocí a Ramón Unzueta cuando tenía once años, desde entonces ya era artista, ya pintaba, era un genio, que nunca dejó de ser y hacer, hasta su muerte. Mi relación con él, a través de su hermana, Enaida Unzueta, fue desde el principio de una complicidad única, incomparable. Nunca he alcanzado un nivel de complicidad tan similar e inusual con nadie como el que él y yo establecimos. Nos escapábamos juntos al cine, oa las playas de Cojímar, luego teníamos que mentir a nuestras madres porque teníamos la piel tostada o quemada, fingíamos que habíamos hecho demasiados ejercicios en la clase de Educación Física. En la escuela, por el contrario, era mucho más difícil justificar las ausencias…

Veíamos las mismas películas, en el Rialto, en el Dúplex, en Actualidades, o en Cine América, o en Historia del cine, a las 5 de la tarde, leíamos todo lo que encontrábamos -más su hermana y yo-; No salí del Museo de Bellas Artes con Rami, ni decidimos caminar o andar en bicicleta, en una época en que las bicicletas estaban mal vistas, pero nos habíamos propuesto conocer la ciudad, el país, la calles

Enaida Unzueta, Ramón y Zoe, La Habana 1980. Cortesía/Zoé Valdés

Enaida Unzueta, Ramón y Zoe, La Habana 1980.

Cortesía/Zoé Valdés

Amábamos La Habana, porque la imaginábamos en su pasado esplendor, vivíamos ubicados en otro tiempo que no nos tocaba por haber nacido tarde… Nos reíamos mucho juntos, nunca me he reído más que con Rami. En el exilio volvimos a juntarnos, y te puedo decir que la conversación se retomó justo donde la habíamos dejado aquella noche en Lorca antes de ver a Linda Mirabal en La Tosca, que al día siguiente se marchaba a España para encontrarse con su mujer . hermana, y pronto yo también me iría para siempre a Francia.

Ramón y Zoe, Tenerife, 1997. Cortesía/Zoé Valdés

Ramón y Zoe, Tenerife, 1997.

Cortesía/Zoé Valdés

Trabajábamos mucho juntos, me ilustraba textos y yo escribía para su obra. Colaborar con él fue muy fácil, Rami me adivinó y yo a él. Ni siquiera teníamos que hablar, nos entendíamos con solo mirarnos, nos intuíamos.

Destacaría su genialidad en todo, su decencia, su lealtad, su inmensa generosidad, pero qué más: su intensa y constante creatividad. Creó mientras respiraba, la invención a través de la imaginación fue su forma vital de existencia, de su resistencia. Éramos muy similares en eso también.

Tus palabras darán comienzo a esta exposición. ¿Qué significa hablar de Unzueta?

No lo creas, hablar de Unzueta es un reto que me impongo con amor y entrega absoluta, disfruto mucho hablar de él, y más de su obra, de sus aventuras, pero a la vez es un reto. porque tengo tanto que contar de él siempre temo que algo muy importante quede sin respuesta por falta de tiempo o por priorizar lo que considero protagonista, cuando para Unzueta todo sin excepción merecía y merece el sello de distinción e importancia.

Ena, Rami y yo. Galería Unzueta, Miami, 2004. Cortesía/Zoé Valdés

Ena, Rami y Zoé. Galería Unzueta, Miami, 2004.

Cortesía/Zoé Valdés

¿Has tenido conocimiento de la curaduría de la muestra?

Debo decir que el equipo del Museo Americano de la Diáspora Cubana es magnífico, con Jesús Rosado al frente, trabajan sin descanso, bajo el conocimiento cercano y la vehemencia de quien más conoce la obra de Unzueta, que es Enaida Unzueta, su hermana. He estado con ella, como siempre lo hemos estado los tres, como si Rami nos guiara, que es lo que realmente hace.

He supervisado desde lejos, con estrecha connivencia y armonía, junto a Ena, Rosado, y se me unió también mi hermano Gustavo Valdés, coleccionista y crítico de arte, además de su labor como médico, que vendrá desde New Jersey para ser presente, ha escrito un texto retrospectivo. Debo agradecer a Don Diego Suárez y Don Marcell Felipe por su generosidad, sin ellos nada hubiera sido posible. Mi conferencia tendrá un solo objetivo: brindarle al público mi mirada íntima y siempre deslumbrada sobre una obra que respeto y amo porque es infinita en sus matices como esa Cuba eterna.

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