A veces se piensa que subir el volumen es mejor manera de disfrutar de algo (aunque moleste a los vecinos). En realidad, estudios como el realizado por la OMS demuestran que no es una idea tan buena como parece.
Desde hace tiempo se acepta una falacia: escuchar el volumen de la televisión alto, como si estuvieras en el cine o en un concierto, es mejor. Bueno, vale la pena saber que esto es simplemente una mentira. Para empezar, el oído se adapta, al igual que el olfato o la vista, por lo que no existe una gran diferencia a la hora de disfrutar de algo a mayor o menor volumen.
Por otro lado, existen desventajas a la hora de subir demasiado el volumen de tu televisor. En primer lugar, y Como señala la propia OMS, porque esta práctica puede ser perjudicial para tu salud auditiva.. Pero no debemos olvidar tampoco otro aspecto práctico: hacerlo también puede reducir la vida útil de tu propio televisor, y además provocar que se estropee antes.
Subir el volumen, malo para los televisores
La razón es sencilla: Muchos televisores modernos sufren cuando tienen que funcionar con el volumen demasiado alto, provocando así que empeore su funcionamiento y, en muchos casos, presentando problemas antes de tiempo. Este es un requisito que en ocasiones no se tiene en cuenta, pero sobre el que advierten muchos expertos.
Además, es importante tener clara una cosa: Tener el volumen alto no significa que un televisor vaya a sonar mejor. Más bien tiende a ocurrir lo contrario. y, si lo miras con perspectiva, es lógico. Esta práctica tiende a afectar la calidad del sonido producido por el televisor. Tenga en cuenta que los altavoces y componentes de audio están diseñados para funcionar dentro de ciertos límites.
¿Qué pasa cuando estos se superan? Bueno, lo primero es que los altavoces probablemente se distorsionen, produciendo un sonido de menor calidad y dañando los componentes internos del televisor. Esto puede acabar en problemas como pérdida de claridad en el sonido. Puede que te acostumbres y no lo notes al principio, pero sucede.
Luego, por supuesto, está la salud. Se ha demostrado que la exposición continua a niveles de ruido superiores a 85 decibeles puede provocar daños auditivos permanentes., como la pérdida de audición inducida por el ruido. Hay que asumir que ir al cine o a un concierto son eventos menos frecuentes, pero ver la televisión es mucho más habitual. Es decir, continuo.
La OMS, preocupada por el ruido
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) sabe perfectamente qué riesgos existen y pueden estar asociados sin duda al exceso de ruido, si se le quiere llamar así. De hecho, en un estudio reciente concluyó que El aumento de los niveles de ruido ambiental se relaciona con una mayor incidencia de pérdida auditiva en la población.
Sin olvidar que un volumen demasiado alto no sólo puede afectar a tus oídos, sino que acaba provocando algún que otro problema. Generalmente, también suele asociarse a problemas comunes de estrés, fatiga o incluso trastornos del sueño. Por todo ello, es importante tener claro: más no siempre significa mejor. Y el volumen del televisor es un claro ejemplo de ello.
Con información de Telam, Reuters y AP