Estamos al borde de una revolución en el lugar de trabajo, y no se debe a una división generacional.
La IA es uno de los tipos de tecnología de mayor perfil y movimiento más rápido que hemos visto en una generación.
Ya sea que crea que tendrá consecuencias negativas o que será una fuerza para el bien, no se puede negar que está teniendo un momento oportuno y que pronto podría volverse tan omnipresente como las redes sociales o Internet en nuestra vida personal y profesional.
La ubicuidad de la IA y el impacto en el lugar de trabajo
La IA alguna vez fue utilizada únicamente por empresas de tecnología e integrada en máquinas gigantes (piense en Watson de IBM), pero la tecnología se ha desarrollado hasta el punto de que cabe en nuestros bolsillos. Es más, se ha vuelto mucho más accesible para el uso diario gracias al auge de la IA generativa.
A medida que los sistemas de IA se han vuelto más accesibles y familiares, han comenzado a afectar la forma en que trabajamos y el tipo de trabajos que realizamos.
Según cifras recientes de la OCDE, el 27% de los empleos podrían automatizarse en el futuro. Si bien esta es sin duda una estadística que acapara los titulares, es menos impactante en contexto. Por ejemplo, datos de Dell Technologies y el Instituto para el Futuro (IFTF) en 2018 encontraron que el 85% de los empleos que existirán en 2030 ni siquiera se habían inventado todavía, lo que significa que, si bien habrá un cambio en los empleos Como hacemos ahora, se crearán diferentes roles que no existen actualmente.
Pero, si bien hay predicciones preocupantes sobre la cantidad de empleos que podrían quedar en el camino, yo respondería diciendo que aún no hemos llegado a ese punto. Probablemente todavía quede un largo camino por recorrer y, a pesar de las exageraciones, la IA también brinda una gran cantidad de oportunidades al lugar de trabajo.
Mantener el valor de las personas.
Estamos viendo algunos sectores en los que la IA ya está demostrando ser beneficiosa (en particular, las finanzas y el derecho), en los que lo que antes eran trabajos muy manuales y que requerían mucho tiempo se pueden descargar en una herramienta automatizada. Esto fue algo que el Foro Económico Mundial señaló en un informe de 2020.
Sin embargo, en lugar de ver la IA como algo que “robará” empleos, debemos replantear nuestra forma de pensar. Al igual que con la investigación de Dell Technologies, debemos considerar que los trabajos humanos no necesariamente se vuelven redundantes sino que evolucionan, creando oportunidades para que los trabajadores mejoren sus habilidades.
Esto está lejos de ser el primer gran avance tecnológico al que se han enfrentado las organizaciones. La introducción de Internet seguida de las redes sociales transformó la forma en que trabajábamos, nos conectamos y promocionamos nuestros productos.
A medida que la IA avanza a un ritmo rápido, todavía habrá un lugar para las personas dentro de las organizaciones, pero con una necesidad cada vez mayor de que interactúen con la tecnología en avance. Por supuesto, habrá cautela y nerviosismo sobre el poder y las consecuencias potencialmente negativas de estos sistemas en el lugar de trabajo. Por lo tanto, el papel de los empleadores es generar confianza en la tecnología, asegurando que la regulación, la consideración ética y el uso responsable estén en la mente de todos.
Insto a todos a que tomemos un respiro, mantengamos la calma y nos centremos en la oportunidad en lo que respecta a cómo la IA dará forma a lo que hacemos en el trabajo en el futuro.
Habilidad hacia arriba
No debemos subestimar la inversión necesaria para mejorar y reciclar la fuerza laboral. Debido a la IA, IBM predice que el 40% de su fuerza laboral necesitará recapacitación. Su estudio reciente concluye que las empresas más exitosas no se limitarán a automatizar los sistemas existentes, sino que repensarán todos los flujos de trabajo y operaciones teniendo en cuenta la IA.
Se crearán nuevos roles y los puestos existentes cambiarán con la creciente necesidad de poder configurar, controlar, mantener e interactuar con los sistemas de IA. Para permitirnos seguir el ritmo del avance de la tecnología será necesario un desarrollo profesional continuo, no sólo desde una perspectiva técnica sino también para desarrollar formas que apoyen la interacción con estos sistemas, como la resolución de problemas y el pensamiento creativo y crítico. Las personas deben ser conscientes no sólo de los beneficios sino también de los riesgos, con conciencia del potencial de sesgo e inexactitud y un nivel de responsabilidad personal con la ética y la regulación, además de la de la organización.
Si bien no todos desempeñarán un papel de ‘IA’, lo que se debe reconocer desde el principio es que la tecnología podrá hacer cada vez más para ayudar a los humanos (ya sea IA o el avance de un dispositivo portátil), lo que significa que Nos guste o no, eventualmente será un desafío, si no imposible, evitar la interacción con el sistema de inteligencia artificial en el lugar de trabajo y en nuestra vida personal. Las organizaciones deben asumir la responsabilidad de incorporar este aprendizaje en sus programas básicos de formación. Como ciudadanos de datos, debemos ser conscientes de la creciente necesidad de desarrollar estas habilidades para avanzar en la sociedad y mantener una ventaja competitiva frente a los empleadores.
Tales esfuerzos no sólo garantizarán que el personal esté familiarizado con las herramientas de IA que ayudarán a impulsar sus funciones, pero también significarán que no perderán ninguna nueva oportunidad que pueda surgir de la inminente revolución de la IA.
En lugar de creer que esta revolución será negativa, todos debemos considerar que sí, habrá una evolución en lo que hacemos en el trabajo, pero no hasta el punto de volvernos obsoletos.
Después de todo, ese mismo informe de la OCDE destacó que las personas que trabajan en finanzas y manufactura dijeron que la IA ha hecho que sus trabajos sean más placenteros. Dado que la satisfacción laboral puede beneficiar directamente la lealtad y el bienestar de los empleados, si eso no es un resultado positivo para las personas y las empresas, entonces no sé qué lo es.
Heather Thomson es la directora de Habilidades y Talento de The Data Lab.