La Alianza del Pacífico aglutina el 41% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe. Sus cuatro países miembros concentran casi el 50% del comercio exterior de América Latina. Juntos, representan la octava potencia económica y exportadora del mundo.
Pero Chile, Colombia, México y Perú -por el orden alfabético en que se rota cada año la presidencia de la Alianza del Pacífico- podrían asfixiar este mecanismo si no saldan sus diferencias.
El 28 de abril Perú debería haber asumido la presidencia de la Alianza del Pacífico, fundada en 2011. Sin embargo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha negado a entregársela a la presidenta de Perú, Dina Boluarte, por considerar ella una «usurpadora» del poder.
Rafael Castro, PhD en Ciencias Políticas de la Universidad de Kiel, Alemania
Dos grandes tendencias en América Latina
¿Se trata en este caso de una actitud en defensa de la democracia, de la politización de una organización comercial o de una enemistad personal? “En América Latina ha habido dos grandes tendencias”, dice a Rafael Castro, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Alemana de Kiel. Y continúa: “Uno que apunta a la no intervención en los asuntos internos de otros países, que ha prevalecido en nuestra historia. Y otra que es la tradición de defensa de los derechos humanos y protección de la democracia”.
Ahora, López Obrador argumenta la «no legitimidad» del gobierno de Dina Boluarte, algo que complica profundamente las relaciones diplomáticas, agrega Castro, profesor de la Universidad Icesi de Colombia, quien concluye que para la Alianza del Pacífico se trata de «una punto muerto inédito».
Pedro Castillo «no es un preso político»
En esta disputa, la Alianza del Pacífico parece haber quedado en segundo lugar. “Mucho más destacable de las expresiones del presidente López Obrador es su posición -desde mi punto de vista, errónea- de que ‘Pedro Castillo es un preso político’. No, Pedro Castillo intentó un golpe violando todas las normas de la Constitución peruana, y por eso está preso, no está privado de su libertad”, dijo el politólogo peruano Alonso Cárdenas, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Universidad Ruíz de Montoya, Lima, pero explica que otra poderosa razón del rechazo de AMLO al Gobierno de Perú son “las violaciones a los derechos humanos, que no solo han sido condenadas por López Obrador o Gustavo Petro, sino por la misma Unión Europea, AI y HRW”. Estas violaciones a los derechos humanos, según el profesor Cárdenas, “han dañado irreparablemente las relaciones entre la Ciudad de México y Lima”. Además, señala que “las críticas a AMLO y Petro son más bien recibidas por los peruanos que lo que se percibe en el exterior. Esto, según Cárdenas, “también tiene que ver con que el mismo Congreso que el 22 de mayo declaró a López Obrador ‘persona non grata’ tiene solo un 10% de apoyo entre la población”.
Alonso Cárdenas, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
Entonces, ¿no se corre entonces el riesgo de traspasar el límite de lo que es la crítica, convirtiéndola en injerencia, y de ésta al conflicto entre países? “Si bien antes, gracias a una convergencia ideológica, los integrantes de la Alianza del Pacífico habían logrado sostenerse como un foro estrictamente económico, luego de los hechos en Perú, la reacción de AMLO ha sido politizar la entrega de la presidencia rotativa”, señala. . Rafa Castro.
Alianza del Pacífico, «rehén» de Amlo
Si el motivo de López Obrador para castigar al Gobierno de Perú es la existencia de un “preso político” y un gobierno que carece de legitimidad, ¿cómo se explica que México celebró por todo lo alto el 20 de mayo 121 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas con Cuba?
“Si no se va a aplicar el mismo estándar a todos, es mejor que simplemente no se utilicen estas organizaciones que, mal o bien, han servido para avanzar en los objetivos de cooperación de nuestros países. Hay otros espacios para eso. Si quieres romper relaciones diplomáticas, o quieres generar voces de protesta, eso se puede hacer de otras formas. Pero no hace falta que los organismos regionales, que ya han sufrido bastante por la polarización ideológica, sigan afectados por disputas entre presidentes”, responde el profesor Rafael Castro, quien considera que la Alianza del Pacífico se ha convertido en un “rehén” del presidente mexicano. .
En conclusión, mientras Alonso Cárdenas no ve salida a la disputa hasta que llegue el momento en que AMLO y Boluarte ya no estén en el poder, Rafael Castro considera que la solución sería que Chile asuma la presidencia, o mediar en el traspaso. de esta A lima.
(cp)