«Ya no necesitamos que vengas a la casa a trabajar». Esta frase permeó la vida de muchas trabajadoras del hogar en América Latina durante la pandemia, agravando su situación y obligándolos a la informalidad que llega al 77%, según la CEPAL. A pesar del reconocimiento de sus derechos, Persiste la falta de acceso al trabajo decente.
Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en su informe 2021 sobre la situación de las trabajadoras del hogar ante la crisis del COVID-19, en la región entre 115 y 186 millones de personas se dedican al trabajo doméstico remunerado, de las cuales el 93% son mujeres, lo que representa en promedio entre el 10,5% y el 14,3% del empleo femenino en la región.
“Una de cada 10 mujeres es trabajadora del hogar y este fue el sector más afectado durante la pandemia. Estamos hablando de una pérdida de empleos de cerca de la mitad en países como Chile, Colombia y Costa Rica, y de un tercio en el caso de República Dominicana, Brasil y Paraguay”, dijo Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos Humanos de Género. del organismo
Sumado a esta realidad, la mayoría de las trabajadoras del hogar que actualmente realizan esta actividad lo hacen de manera precaria y vulnerable, con muy bajos ingresos, largas jornadas laborales o jornadas mal pagadas, trabajos forzados y generalmente sin seguridad social.
“Es un sector muy feminizado y que antes de la pandemia tenía muy poca protección social; apenas el 25% cotizaba a la seguridad social o tenía algún sistema de protección”, explicó Güezmes.
despedidas
Muchos empleadores anunciaron su decisión de prescindir de los servicios de mujeres dedicadas al trabajo doméstico. Los casos de despido, de desconocimiento de sus derechos laborales, abusos y discriminación son evidentes en países como Perú, donde siete de cada diez se quedaron sin trabajo.
“60% perdió su trabajoincluyéndome a mí, y casi el 40% lo mantuvo con una recarga extra, porque en algunas casas tenían hasta tres trabajadores pero tuvieron que despedir a dos. A muchas las despidieron injustamente o no les pagaron nada, porque el patrón se quedó en casa”, explicó María de los Ángeles Ochoa, secretaria general del sindicato nacional de Trabajadoras del Hogar en Lima.
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