MIAMI.- No es una de las mejores músicas líricas que puedo escribir, pero sí dice lo que podría sentir como espectador de la zarzuela. Cecilia Valdés de Gonzalo Roig (1890-1970), en una producción organizada por la cantante y productora Tania Martí, el domingo 27 de agosto de 2023 en el Auditorio del Condado de Miami-Dade: fue un regalo para todo Miami, una ofrenda al cubano , un regalo de buen gusto y elegancia.
Un espectáculo sobrecogedor, magnífico, una superproducción que llenó literalmente los dos niveles del auditorio con capacidad para albergar a más de dos mil personas. Por eso, a pesar de ser domingo, el tráfico parecía ser entre semana, en el horario de mayor actividad. Un flujo incesante de autos por toda Flagler Street dirigiéndose al teatro a disfrutar Cecilia Valdés. Un público vestido para un gran evento. Mucha gente mayor, sí, pero también había gente joven, lo que siempre se espera llamar las nuevas generaciones, el relevo.
El programa atrajo a una gran audiencia. Una señora colombiana se sentó a mi lado y al salir escuché elogios de un matrimonio que hablaba con acento argentino.
La puesta en escena de Cecilia Valdés Fue una obra iluminada por las voces privilegiadas de la soprano Eglise Gutiérrez como Cecilia Valdés y el tenor Peter Alexandre Rivera como Leonardo Gamboa.
Otros protagonistas: mi estimado barítono Orlando Naranjo interpretando el importante y dramático personaje de José Dolores Pimienta. Mi admirada Tania Martí, también productora y alma durante meses del proyecto, extraordinaria: «Quiero hacer el po-po-po de Dolores Santa Cruz una vez más», me dijo en una conversación, para un artículo que apareció en este Diario Las Américas, a modo de adelanto, pero no es lo mismo la nota previa al espectáculo que la energía creativa que resulta de un esfuerzo colectivo. Una Laura de Mares interpretando a Isabel Ilinchita, que los conocedores de los registros líricos podrán indicar qué notas alcanzó, pero estoy seguro de que fueron sorprendentemente altas. El encantador Eduardo Seller, como el esclavo y Grethel Ortiz como Dolorita.
Un espectáculo bien pensado, que cuenta con los actores Jesús Braña y Paut William, en los personajes de Gonzalo Roig, autor de la zarzuela y Cirilo Villaverde, escritor de la famosa novela costumbrista cubana. Ellos, en un diálogo imaginario, presentaron los avatares del libro y las composiciones musicales, que pusieron en contexto lo que disfrutaba el público.
Algo tan colorido y encantador no podría haberse logrado sin las voces del coro Voices of Miami dirigido por Greisel Domínguez; los ritmos acompasados de las coreografías ejecutadas por el Ballet Afrocubano Sikan, de Marisol Blanco. Todos ellos abrazaron a la Orquesta de Cámara de la Florida dirigida por la maestra Marlene Urbay. Felicitaciones a todos, donde vestuario, iluminación, multimedia estuvieron en sintonía. Un evento monumental, gracias al trabajo en equipo y al director artístico del espectáculo, Manny Albelo.
Al final, todos los actores salieron a saludar al público y recibieron una más que merecida ovación.