Últimamente es habitual oír hablar de ciberresiliencia, pero ¿en qué consiste realmente? Internet está más cargado de amenazas que nunca; Aprender a conocer tus riesgos es clave para no tener que arrepentirte de ellos.
La presencia de la tecnología en la vida de las personas es cada vez mayor, algo que tiene múltiples y evidentes ventajas, pero también riesgos y desafíos constantes.
Prepararse para estas amenazas es un desafío tanto para las empresas como para los propios individuos, y desde hace un tiempo es común escuchar referirse a ello con una palabra: ciberresiliencia.
Es muy probable que lo hayas oído decir en algún evento o espacio dedicado a la ciberseguridad, pero, ¿Qué significa realmente la ciberresiliencia? ¿Y cómo se debe aplicar? En ocasiones su definición puede resultar algo ambigua o demasiado general, por lo que no está de más ponerse manos a la obra y entender cómo se puede poner en práctica.
¿Qué es la ciberresiliencia, la palabra de moda?
Básicamente, La ciberresiliencia se entiende como la capacidad de resistir, adaptarse y recuperarse de las ciberamenazas.como ataques informáticos, brechas de seguridad, malware, etc.
Normalmente, el término ciberresiliencia se aplica a la seguridad digital, es decir, la protección de activos digitales, como datos confidenciales, sistemas críticos y redes de comunicación.
Los especialistas en la materia también suelen centrarse en elementos básicos, como mantener actualizados y actualizados los sistemas informáticos, disponer de herramientas que identifiquen amenazas o desarrollar planes de recuperación para prevenirlas, realizando en muchos casos copias periódicas de los datos que se manejan. . y puede considerarse sensible.
La ciberresiliencia y el individuo
Pero más allá de estas cuestiones, que están más centradas, por así decirlo, en los profesionales, la ciberresiliencia también debe llegar a los usuarios, ya que muchas medidas sencillas y cotidianas pueden ser la mejor manera de protegerse de los peligros digitales. Sin ir más lejos, apostando siempre por contraseñas fuertes y seguras, o manteniendo conectados tus programas de seguridad.
Otro ejemplo importante es la necesidad de conocer y así poder evitar los cada vez más frecuentes casos de phishing, que no son otra cosa que las estafas que algunos ciberdelincuentes realizan aprovechándose de las redes sociales, herramientas como WhatsApp o incluso el inteligencia artificial. Desconfiar según qué mensajes o contactos es fundamental.
Y lo mismo ocurre con la información personal que se comparte, incluso con personas que en un principio pueden parecer de confianza. El redes sociales Están de moda, pero súbete a ellas. algunos tipos de fotografías o la información personal puede ser un riesgo fácilmente evitable, si uno es consciente de ello. Todo lo que compartas, si es necesario, puede volverse en tu contra.
Está claro que hoy Internet puede esconder más amenazas que nunca, y todo hace pensar que esta tendencia no hará más que aumentar en el futuro. Ser prudente, conocer los riesgos y utilizar la tecnología de forma inteligente siempre te hará menos vulnerable ante cualquier ataque. Cualquier ladrón puede entrar en tu casa, pero siempre será mejor que no dejes la puerta abierta.
Así, los desafíos para poder disfrutar de la tecnología de forma razonablemente segura, y atender todo lo que conlleva la ciberresiliencia es asunto de todos. Quien piense que las cosas no le van bien será un blanco más fácil.
Con información de Telam, Reuters y AP