Comprender el mundo, la actualidad y el rol del gobierno

Francia está sumido en una plaga de protestas. El «pueblo» exige el aumento a la edad de jubilación. Tras meses de reivindicaciones, marchas y protestas, la tensión llegó a su punto máximo esta semana con violencia incluida en París.

Recordemos que la izquierda y las movilizaciones en Francia no tienen nada que ver con lo que vemos en México o en el «Izquierda latinoamericana». Existe la izquierda en términos conceptuales e ideológicos si es cierto y no solo una narrativa para intentar acercarse a la población.

Las uniones también son reales y fuertes, a diferencia de los cuerpos y pseudosindicalismo mercantil que se vive en nuestro país, allí se toman las calles en la capital de Francia.

No es la primera vez que protestan contra macron -Eso puso en riesgo su primer mandato, pero está a solo 9 votos de la decisión en la legislatura de no confianza, y ya amenazan con ir al Poder Judicial para intervenir también en el conflicto social en ascenso. Macron afirma que está en la remodelación del modelo social en Francia y que esta impopular medida debería formar parte de las decisiones más importantes para el pueblo francés. Este tema se ha vuelto fundamental en el camino que tomará el país europeo, principalmente porque Macron perdió el año pasado una votación crucial en la Asamblea Nacional en la que trató de evitar la necesidad de ir al propio parlamento para así tomar la decisión de manera unilateral. forma.

Ahora lo ha hecho y las consecuencias ya se sienten en las calles y en los barrios.

La discusión cobra relevancia precisamente porque una y otra vez observamos cómo los diferentes modelos de democracia constitucional enfrentan desafíos que difícilmente medimos a nivel comparativo y que también poco comprendemos. Siempre tendemos -principalmente los periodistas o los expertos en opinión- a realizar simples comparaciones sobre actos en particular, sin entender el propio sistema que hemos diseñado y que la historia exige.

Este tira y afloja sin duda termina en las calles cuando el poder ejecutivo establece un mandato de fuerza, basado en una supuesta legitimidad y credibilidad, y cuando las minorías organizadas responden a tal efecto. Ya sea como motivo político o como causa real de agendas y principios políticos. Lo que vemos en Francia es una tensión bastante común e incluso natural entre el poder ejecutivo y los adversarios de Macron, y las fuerzas movilizadoras de Francia. No vemos a nadie temeroso de su propia democracia y del modelo que ha elegido para el gobierno.

Dicha medida trasladada y sin las movilizaciones, se equipara a la suspensión otorgada por el ministro Laynez al plan B del reforma electoral y que el modelo de democracia en México vuelva al centro de atención. Hoy, la Corte avanza hacia una franca politización del Poder Judicial como único frente adversario del Presidente de la República y el hiperpresidencialismo que vuelve con fuerza. En virtud de la nula presencia de la oposición, y su absoluta incapacidad para movilizarse, organizarse o conducirse con narrativa, movimientos sociales o fuerzas externas (incluidos los timoratos empresarios) la SCJN ha asumido el papel de contrapeso político. en el país.

La Ministra Presidenta Norma Lucía Piña ha empoderado a su vez a sus ministros aliados y defiende la insólita suspensión que otorgó a una ley, pues históricamente era absolutamente inédito otorgar tal medida frente a la aplicación de toda una regla de carácter general, por la propia graves consecuencias que la medida trajo consigo. Pese a ello, el tribunal ha dado un giro muy fuerte al asunto y ha dictado la medida cautelar con base en una fuente política, y no jurídica, que se sustenta en la organización del Instituto Nacional Electoral.

En realidad, lo que vuelve a ponerse en el centro de atención son las tensiones naturales dentro de la democracia constitucional y que no tienen mayores consecuencias que la redefinición de los límites y sus efectos. Es decir, es absolutamente normal, habitual y hasta necesario que esto suceda y exista. En Estados Unidos, esta tensión entre estos cuerpos es muy común y Donald Trump estiró la liga más que nadie en este siglo.

¿Adónde nos lleva toda esta lógica? Porque México, Francia, Estados Unidos, China o Rusia están redimensionando la democracia y adaptándola a sus necesidades. La vieja y tradicional concepción tripartita del poder (legislativo, ejecutivo y judicial) con la habitual limitación en sus funciones y roles ya no es la regla.

Por eso, hoy más que nunca insistimos en la necesidad de un cambio en la oposición, ni siquiera es necesario calificar lo que pasó esta semana en el Senado y el PRI -o la inexistencia del PRD, o el fracaso del PAN. Necesitamos personas que entiendan el mundo del siglo XXI y que relancen la democracia mexicana ajustada a las necesidades internacionales, tecnológicas y sociales.

Es decir, los que son son viejos, aburridos y retrasados. Y los que están en Morena siguen sirviendo menos que la oposición. El único que canta hoy es el Presidente y tiene mucho que deber. Por otro lado, es urgente replantear el modelo de partido que, a decir verdad, hace muchos años dejó de funcionar en México.

Y no es una pregunta.

MARTA GUTIÉRREZ

COLABORADOR

@MarthaGtz

MAÍZ

Continuar leyendo: Comprender el mundo, la actualidad y el rol del gobierno

Salir de la versión móvil