La cosmética siempre ha sido “una gran afición” para Anna Arbós Simorra. Sabiendo esto, sus amigas le pidieron consejos de belleza hasta que, durante la pandemia de Covid-19, esta licenciada en publicidad y relaciones públicas decidió crear el perfil Glow by Anna en Instagram para compartir también sus trucos con todos los usuarios de esta red social. En seis meses, la cuenta tenía 10.000 seguidores. Ante el éxito del perfil y tras quedarse en paro a causa del Covid-19, Arbós y una amiga suya crearon una tienda online multimarca de productos cosméticos el mismo año que estalló la pandemia, en 2020.
El lanzamiento supuso una inversión inicial de 250.000 euros
En octubre del año pasado, este influenciador de piel Con más de 53.500 seguidores, dio un paso más con el lanzamiento de su propia marca de cosméticos. “El mercado está muy saturado, pero me faltaban ciertos productos que son los que vendo con Facegloss”, explica el emprendedor, que en ese momento tenía 28 años. Confiesa que el nombre de la firma se le ocurrió “un día en la ducha, que es donde tengo las grandes ideas”. El lanzamiento supuso una inversión inicial de 250.000 euros, procedentes de ahorros, un inversor privado y un préstamo bancario.
Anna Arbós Simorra, fundadora
Facegloss trabaja con un laboratorio en Barberà del Vallès (Vallès Occidental) y comercializa sus productos a través de la tienda online de la marca. Con sede en Barcelona y un equipo de siete personas, España es el principal mercado de la firma, aunque recibe pedidos de otros países europeos. Arbós quiere lanzar una web en portugués para conquistar el mercado portugués y, más adelante, prevé empezar a vender a través de tiendas físicas especializadas.
En el que será su primer año completo de ventas, 2024, la fundadora espera facturar 1,5 millones de euros. Todo sin la ayuda de ninguna incubadora o aceleradora.
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