En Rusia, continúan los arrestos de altos mandos militares por casos de corrupción. Recientemente, el teniente general Vadim Shamarin, miembro del Estado Mayor del ejército ruso, fue detenido por acusaciones de sobornos de gran escala. Esta detención se suma a la de otros altos mandos como el mayor general Ivan Popov, excomandante de la ofensiva rusa en Ucrania, y el viceministro de Defensa Timur Ivanov, quienes también enfrentan cargos por sobornos.
Además, el teniente general Yury Kuznetsov, responsable de la oficina de personal del Ministerio de Defensa, fue arrestado por cargos de sobornos poco después de la destitución de Sergei Shoigu como ministro de Defensa. Shoigu fue reemplazado tras ser acusado de incompetencia y corrupción por el líder mercenario Yevgeny Prigozhin, quien lideró un motín en junio de 2023 exigiendo su destitución.
Estos arrestos han generado especulaciones sobre una posible campaña contra la corrupción en el ejército ruso. Sin embargo, el vocero del Kremlin Dmitry Peskov ha asegurado que se trata de una labor continuada en la lucha anticorrupción y no de una campaña puntual.
Por otro lado, Popov fue destituido como comandante del 58vo ejército tras denunciar la falta de equipamiento que provocaba muertes excesivas en el bando ruso en Ucrania. Su despido fue considerado una traición a las fuerzas rusas en el conflicto.
En resumen, la corrupción en las altas esferas militares rusas sigue siendo un problema que las autoridades están combatiendo activamente. Los recientes arrestos de altos mandos son muestra de la determinación del gobierno de Rusia en erradicar esta práctica ilegal en el ejército.