«Es hora de dejar de jugar con fuego y tomar medidas concretas para proteger esta instalación y otras similares de cualquier operación militar», dijo a los periodistas en Kiev el director general del CICR, Robert Mardini. “El más mínimo error de cálculo podría desencadenar una devastación de la que nos arrepentiremos durante décadas”, agregó.
La zona en torno a la central nuclear de Zaporizhia, la mayor de Europa, ha sido objeto de recientes bombardeos de los que se acusan mutuamente Ucrania y Rusia.
“En caso de fuga nuclear, sería imposible brindar ayuda humanitaria”
Mardini dijo que era «alentador» que el equipo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) estuviera en camino a inspeccionar la planta porque había «mucho en juego».
“Cuando los lugares peligrosos se convierten en campos de batalla, las consecuencias para millones de personas y el medio ambiente pueden ser catastróficas y durar muchos años”, dijo. «En caso de una fuga nuclear, será difícil, si no imposible, brindar asistencia humanitaria», agregó.
Durante la mañana, rusos y ucranianos se acusaron mutuamente de hostilidades en torno a la central nuclear.
Ucrania acusa a los rusos de bombardear la carretera que conduce a Zaporizhia
El Ministerio de Defensa ruso denunció en un comunicado que «grupos de saboteadores» del ejército ucraniano habían cruzado el río Dniéper, que separa sus posiciones, tres kilómetros al noreste de la planta.
Por su parte, las autoridades ucranianas acusaron a las tropas rusas de bombardear el camino a seguir por la misión del OIEA y la ciudad donde se ubica la planta, Enerdogar, también en manos de Moscú.
joven (afp, Reuters)