cerca de mí hay un sombrerero El que suda profusamente mientras pide que lo traigan una botella de tequila esta noche en el Arena Ciudad de México, al norte de la capital. Mi vecino clama por sus canciones. pancho barraza Parece que vino a complacerlo. Debido a cuatro que exigió, acertó tres. «El vagabundo que te ama», uno de ellos. «Te espero» y «Música romántica», eran los otros dos. «El Tragafuegos» que se quedó con ganas de escuchar. Admito que yo también.
El concierto de Francisco Javier Barraza Rodríguez tiene lugar en un recinto a la que caben más de 22 mil almas y donde dieron el pistoletazo de salida a la recorrido «Leyenda en la vida», que consiste en más de 80 conciertos para un hombre de 62 años que reconoce tener una rutina de ejercicios para mantenerse al día con la carga de trabajo. “A veces me nebulizo porque se me cansan los pulmones, trato de comer frutas y verduras para que no me quemen los cordones”, me dice en una llamada telefónica días antes del evento.
esta celebración por los 30 años de carrera del artista construye un ambiente de grupo, donde los asistentes usan botas, sombreros y camisas de mezclilla. No tan lejos del origen de la propiedad, que durante más de 50 años sirvió como la ruta de la ferreria, Lugar donde había corrales para vacas, ovejas y gallinas. Maldita sea la vez que me puse un cortavientos negro. Creo que hubiera sido mejor venir con una camisa de vaquero. Para poder disfrutar de una cerveza al ritmo de Pero la recuerdo.
La carrera quiso bailar cartoncito de chelas con temas como «El Sinaloense», «Se me muere el alma» o «Tragos de amargo licor» pero los asientos les impidieron hacer huateque. Minutos antes, las pantallas proyectaban imágenes de la cantante acompañada de la emblemática canción de «We Will Rock You» de Queen. Referencia que él mismo ofreció para definir que le apasiona el rock and roll y el pop.
Cuando tenía 22 años, Pancho Barraza Era profesor de música en un liceo ubicado en Villa Unión, en el estado de Sinaloa. Allí, durante una feria en el Día del Estudiante, sus alumnos lo animaron a subir al escenario y desde ese momento se inició en el mundo de la música, ya que lo invitaron a formar parte del grupo. “Solo estudié hasta la primaria. Mis muchachos me empujaron a subir a cantar con el grupo y me aventuré Billie Jean de Michael Jackson, era fan de su disco Thriller», Señala. Años más tarde, su talento y don para la composición lo llevaron a formar parte de la Banda Los Recoditos, donde se convirtió en su voz principal, logrando destacarse con temas propios.
La Arena CDMX sirve de escenario para que Pancho brinde un espectáculo digno del Cirque du Soleil, con bailarines, actuaciones y acróbatas sobre lienzo. con tal pretexto Nos regala casi 4 horas de show. Más de 30 canciones que recorrieron toda la trayectoria del También compositor mexicano.
Un maratón regional mexicano. Desde hits norteños hasta un grupo de mariachis que hizo que el público se levantara de sus asientos para cantar «El Son de la Negra». Bailarines vestidos con atuendos de mariposa monarca caminan entre las filas del escenario mientras Pancho comienza con las primeras estrofas de Y las mariposas. Las lágrimas brotaron de los ojos de algunos asistentes que estaban detrás de mí con «Se acabó». Las parejas se funden en besos y les toca a ellos «Mi enemigo amor», una canción que se reprodujo más de 3 veces en el gigante de acero de Azcapotzalco.
El mes de enero se está haciendo eterno pero Pancho enfatiza que con «Las nieves de enero» de Chalino Sánchez Es hora de hablar sin mentiras con tu “alma chatita”. El espíritu del difunto Joan Sebastian se hace presente con «Amor almosnero». Nos recuerda que un día tendremos que partir de este plano terrenal. La vida es como una canción de banda, me dice Pancho en una entrevista: «Rápida, alegre y triste». «Disfrútalo, porque luego vendrá el silencio».
Hay momentos en los que no todo sale muy bien. Como cuando las pantallas del concierto muestran dificultades técnicas o el micrófono de Pancho se queda sin sonido. Pero su banda Santa María, sabiendo que el espectáculo debe continuar, llenan ese espacio con una doble dosis de energía y alegría. Sus coristas comienzan a animar al público e incluso hacerlos realizar coreografías. «¡Desde aquí hasta el amanecer la seguimos!» ella grita.
Pancho no deja de saltar al escenario. Teatral como es, una estrella de rock al estilo mexicano. De repente silencia la habitación. Barraza se arrodilla, gracias al cielo y de repente, como si fuera un cohete, se impulsa hacia arriba y levanta el brazo en señal de victoria. Como esa pose que ella hizo famosa Freddie Mercury en Wembley.
Pero supongo que feliz. Encantado de vernos a todos coreando su nombre y sus éxitos. Liberado tras gritar «Viva México Cabrones» con el mariachi. He perdido el sombrerero. Lo último que supe es que no terminó su botella y el mesero la vació en una cantimplora de plástico. Pancho cierra este nuevo encuentro con su mayor éxito «Mi enemigo amor», que se escuchó hasta en el estacionamiento donde la gente lo coreaba. tus bailarines agradecen al público y celebran la trayectoria del «poeta del amor».
Todavía te falta salir de la Arena y llegar a casa como Dios te lo hace entender. ¿El gran ausente? El mercado de banquetes de mercancías piratas. Fanáticos de Pancho agradecen que hubiera sillas porque mañana trabajas y te duelen más los huesos.
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