Los compases que han construido la clave de salsa por décadas han resonado en la maraca con el ímpetu de cada uno de los artistas que han pasado por su escenario. El sueño de don Ernesto García Chaires, hace cuatro décadas, se forjó a partir de traer a los máximos exponentes de este género para tocar, cantar y actuar frente a un público con ganas de bailar, de crear sensaciones que electrifiquen sus cuerpos. Y ella lo hizo. Pero esto no fue fácil.
Para entender por qué surgió la maraca como un recinto donde figuras de la estatura de Celia Cruz o Tito Puente pasada, hay que pensar que la década de los años 70 y 80 percibía un México quienes disfrutaron de la vida nocturna de los espectáculos de música romántica, así como de la salas tropicales para bailar y pasar un buen rato con amigos o pareja. Aquí es donde surge La Maraka, primero como el Maxime y luego como la Margó.
Lamentablemente, recientemente perdió la vida su fundador Ernesto García Chaires, pero desde la pandemia la instalación quedó a cargo de su nieto, Ernesto García, quien como Director General de La Maraka lo ha transformado en un Show Center donde todavía hay clases y algunos eventos de salsa, pero que ahora prioriza conciertos de pop, rock o derivados con las grandes figuras del momento.
La Maraka, el palacio de la salsa
Fue Don Ernesto García Chaires, apodado cariñosamente por algunos de sus allegados como “El Charro”, quien compró el recinto hace poco más de 40 años. Para entender mejor el tiempo que lleva vigente este lugar, hay que entender que como tal, el propiedad tiene 65 años de historia musical, siendo conocido primero como Salón Maxime y luego Salón Margó. Fue con este apellido que don Ernesto García lo adquirió, al mismo tiempo que lo convertía en La Maraka, el Palacio de la Salsa.
Ubicado en la colonia Narvarte, es uno de los pocos lugares en la CDMX que conserva la cultura salsera y que impulsó este concepto de entretenimiento en sitios emblemáticos como el Salón Los Ángeles. En este sentido, Miguel Nieto Applebaum, propietario de la citada sala, explicó en una entrevista hace años que la antigua Margó fue un laboratorio musical a mediados de los 80 y «quizás el mejor lugar de fiesta del mundo».
En la misma historia de Nieto, señaló en su momento que tenían ideas locas pero interesantes, las mismas que moldearon a Margó y atrajeron a una clientela de clase media alta. Posteriormente, en su evolución a La Maraka, el local supo atraer mucha gente, buenos artistas y un consumo atractivo.
Para medir su momento pasaron casi un centenar de figuras musicales y, en el caso de la noche en que apareció Celia Cruz, poco antes de su muerte, ese hecho causó revuelo. Luego de años de gestiones, el lugar pasó a manos de García Chaires y él le dio un impulso que a la fecha se sostiene con decenas de familias que se alimentan de estos ingresos.
Cabaret para las mejores experiencias
Después de 40 años de llamarse La Maraka, el lugar continuó como un salón de baile con licencia de cabaret de lujo, al igual que El Patio. Primero avanzó como ese lugar para bailar y tomar clases de salsa donde se presentaban grandes exponentes. El paso de los años llevó a Ernesto a tomar las riendas de la propiedad, pero la pandemia se presentó como una prueba de fuego para sobrevivir.
“El salón tiene muchos años de salsa pero alguien tiene que apostar e invertir. El salón es de mi abuelo, lo compró hace 40 años cuando era Maxime, puso La Maraka y con salsa, pero hace años ya no quería corre el riesgo porque es un trabajo que requiere de tu tiempo, de tu energía, de todo”, dijo Ernesto García, nieto del dueño original y actual dueño del recinto.
En ese sentido, Ernesto ha aceptado que su abuelo optó por un concepto que funcionó bien durante muchos años, pero que se vio enfrentado a la realidad de la pandemia, por lo que tuvo que migrar a otras ideas innovadoras. Fue así como se dio el adiós a la salsa y la bienvenida a todos los artistas, dejando la salsa en un segundo plano y dando prioridad a otros géneros para solventar el negocio.
“Se fue por la caja fuerte con lo que alquila o como salón de baile. Yo, con mi necesidad de pagar mis créditos y ganas de trabajar, pues busqué otra cosa. Empecé a trabajar aquí hace 12 años, hoy tengo 32. años y he estado en eventos y fundaciones benéficas y generaremos fondos con las entradas, mantenemos el consumo y todos ganan».
Remodelación y evolución del pop rock
Con la pandemia en pleno apogeo, optó por unas fechas con Ely Guerra o Coque Muñiz, quien lo apoyó para retomar el vuelo. Luego, han venido diversas fases de remodelación del lugar y así la maraca se ha convertido en un lugar capaz de seguir albergando a 2.000 personas por noche, llegando al público pop, rock, electrónico, urbano, ranchero y más, que recientemente Noches llenas de Magneto y Mercurio.
“Llega la pandemia y no se puede, entonces necesito comer y pagar sueldos, gente sin trabajo, remodelar, entonces mi idea era no salir de un salón de baile porque no soy el mayor conocedor de la salsa”, indicó y finalizó. : «No quiero volver al concepto de salón de salsa, vamos a hacer uno o dos, o cuando hay un fin de semana libre y por poner un post en internet la gente llega sola, es fácil vender esos eventos para los seguidores de todos los años».
Actualmente, La Maraka sigue en proceso de ofrecer mejores opciones de confort dentro del recinto. Al mismo tiempo, ha fraguado exitosas noches desde el 2022 a la fecha. Figuras como Ana Torroja, JNS, Mercurio, Magneto, Elefante, Motel, Río Roma, Benny Ibarra, Ely Guerra o Los Amigos Invisibles, entre otros, han llenado el recinto y, en algunos casos, repetido fechas.
La cercanía del público al escenario es un plus que la gente ha valorado a la hora de acudir a este lugar a disfrutar de un concierto, sumado al abanico de opciones por venir.
FOTOS: Cortesía La Maraka / JMTEPANECATL
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