Déjalo pasar | El Heraldo de México

En la columna anterior les compartí el concepto de “la vida no vivida”, y creo que el hecho de leerlo, entenderlo y escribirlo me ayudó a tomar acción. Como dicen por ahí: «Es difícil dejar de ver algo que ya has visto».

Volví a la papelería y compré el kit de dibujo para principiantes. Mi primer dibujo no fue nada, aproveché la sensación que traía en ese momento. Digamos que me gustó mucho una chica y nací para dibujarla.

La inspiración puede provenir de muchas fuentes: a veces puede ser del arte, a veces de situaciones de la vida y quizás, muchas veces, del amor. Esa mujer fue mi musa y mi inspiración para atreverme a dibujar.

Si hay algo que sé es que si mezclas varias curiosidades, intereses y pasiones en una actividad, es más probable que disfrutes haciéndola. Es más agradable hacer ejercicio mientras reproducir música o escuchar un podcast, que tal si lo haces sin escuchar nada. Esa táctica fue la que usé.

Dejándome seducir por el encanto de esta mujer, decidí elegirla como mi musa y fue entonces cuando consolidé mi decisión de comenzar a dibujar. Así nació mi primer dibujo de ella: un retrato de ella.

Resalté un poco la silueta, tuve cuidado con la forma de su rostro, sus labios, su nariz, pero no me atreví a dibujar sus ojos. No podía hacerles justicia. Logré entender un poco a los artistas cuando tienen una imagen de ella en la cabeza y no la pueden plasmar en el lienzo. A mí me pasó lo mismo, no me atrevía a dibujarle los ojos, porque si intentaba hacerlo, lo arruinaría. «¿Qué puedo hacer?» Me pregunté a mí mismo. “Bueno, aprenderé a dibujar ojos en YouTube”. bendito internet. Encontré un tutorial sobre cómo dibujar ojos con lápices, le puse play, lo escuché con música para concentrarme y fluí.

Entré en ese estado de máxima concentración que muchos llaman por ahí «estado de flujo». El estado de flujo, o flujo en el trabajo, es cuando estás tan inmerso en una tarea o proyecto que pierdes la noción del tiempo. Es muy probable que ni siquiera seas consciente del paso del tiempo mientras realizas una tarea. Ese es el flujo.

Estaba tan concentrada en dibujar lo más parecido al tutorial que estaba viendo. Y así nació mi segundo dibujo.

Terminé de dibujar el ojo y no lo podía creer. ¿Cómo pude haber dibujado algo así? La última vez que dibujé correctamente fue en la escuela secundaria. Puede que no sea el mejor ojo del mundo, pero estaba muy feliz de haber logrado algo como esto solo en mi segundo intento.

Quiero aclarar algo, no soy un súper humano, no soy súper dotado ni tengo más habilidades que los demás, soy alguien común y corriente. Pero eso sí, me permito explorar mi potencial, probar cosas nuevas y buscar salir de mi rutina. Creo que esa mentalidad de crecimiento es lo que me lleva a descubrir que puedo hacer cosas diferentes, como escribir, hablar en público y ahora dibujar.

Imagina que tú también puedes dibujar increíble y no lo sabías. Imagina que tú también puedes componer grandes canciones y no lo sabías. Imagina todas las cosas que puedes lograr y que no estás permitiendo que sucedan.

Si hay algún mensaje que quiero que te lleves hoy, es que dejes de pisar tus propios frenos, mejor acelera. El éxito que tanto buscas, quizás esté ahí, llamando a tu puerta. Es cuestión de dejarlo pasar.

POR RORRÓ ECHÁVEZ

CONTACTO @RORROECHAVEZ.COM

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MAAZ

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