La esperada presentación de las gafas sin gafas de realidad aumentada Vision Pro de Apple fue un éxito rotundo. El éxito de la presentación del nuevo «ordenador espacial» es medible: las acciones de la compañía subieron un 2%, ha desplazado a ChatGPT de los titulares y Mark Zuckerberg se ha visto obligado a hablar de ello en un discurso a los trabajadores de Meta.
En octubre de 2021, Zuckerberg le había vendido al mundo que la próxima iteración de internet era el Metaverso: un espacio virtual en el que trabajar, comunicarse y divertirse, una extensión de las redes sociales donde la palabra clave era «presencia». 24 mil millones de dólares, 2 años y un cambio de nombre de empresa después estamos donde estábamos: el futuro de internet parece no ser ni avatares sin piernas ni versiones ridículas de la Torre Eiffel y la Sagrada Familia.
El Vision Pro de Apple es un paso más hacia la desaparición del ordenador
Con estos precedentes, tenía todas las dudas del mundo respecto al nuevo producto de Apple; Partíamos de mucho tiempo atrás y veníamos de muchos ciclos de expectativas frustradas. La clave ha sido una vez más cambiar la cuestión: la ponencia no trataba de cómo divertirse en un mundo de fantasía sino de cómo “aumentar” el espacio real para ser más productivos; Apple no estaba respondiendo al futuro de Internet, sino al futuro de la informática personal, de ahí las cero menciones de Realidad Virtual y Metaverso.
Apple ha respondido con éxito a la pregunta antes: en 1984 con Macintosh, en 2007 con el iPhone y en 2019 con el iPad. Nótese que todos estos cambios tienen tres cosas en común: 1) han redefinido el acceso a la información (mouse con el Mac, dedo con el iPhone), 2) se ha acortado la distancia entre la pantalla y el usuario (a satisfacción de los oftalmólogos). ) y 3) nos quedaron todos ridículos cuando salieron (¿quién se comprará un móvil de 500 dólares? ¿quién contestará una llamada con el reloj?)
El Vision Pro (es un ordenador espacial) sigue su tendencia: prescinde de controles y permite la interacción con la vista, la voz y los movimientos de las manos; sus dos pantallas 4k están pegadas a los ojos y ahora mismo todo el mundo se pregunta en quién se gastará los 3.499 dólares que valen. El Pro del nombre da pistas: dentro de un par de versiones saldrán los Vision, sin el Pro, a mitad de precio, y si hacen el trabajo de un ordenador ya no parecerán tan caros. Recuérdese que para comprar un Macintosh de 1985, un oficinista en EE.UU. tuvo que trabajar 212 horas para pagar los $2,495 que valía; hoy en día, para comprar Vision Pro «sólo» se necesita 91. La historia de la informática es hacer desaparecer los ordenadores. Antes trabajábamos adentro, luego los sentábamos frente a nosotros, luego los metíamos en los bolsillos y ahora efectivamente desaparecen de nuestra vista porque lo ocupan todo. Habrá que esperar otros diez años para que desaparezcan por completo y el concepto de computación espacial se haga realidad. Los Vision Pro son solo un paso más en esta dirección. Me lo imaginé más pequeño.
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