España necesita urgentemente resolver dos problemas que pueden condicionar gravemente su desarrollo en los próximos años. En todo el país existen cerca de 200 vertederos ilegales, lo que ha obligado a la Comisión Europea, que lleva pidiendo su cierre, sellado y restauración desde 2008, a denunciar a nuestro país ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por incumplimiento de la directiva. sobre los residuos. Además, necesita diseñar un sistema energético que le permita tener energía a un precio competitivo, depender menos de las importaciones y, sobre todo, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
En un principio puede parecer que la basura y la energía no están relacionadas, pero nada más lejos de la realidad. La tecnología hoy nos permite dar una segunda vida a buena parte de los residuos que generamos, utilizándolos como materia prima para fabricar productos con baja o nula huella de carbono. Por ejemplo, los residuos orgánicos que producen la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria, y también los que tiramos al cubo de basura de nuestros hogares, se pueden aprovechar para producir combustibles renovables, que ya se utilizan para propulsar coches, camiones, barcos e incluso aviones sin tener que realizar cambios en los motores.
Producir combustibles renovables reduciría el volumen de residuos orgánicos
Estos combustibles van a jugar un papel fundamental en la reducción de las emisiones de CO² en todos los sectores del transporte, por lo que su demanda va a crecer significativamente en España en los próximos años. Para producirlos será necesario adaptar las refinerías y construir plantas de tratamiento. Algunas de estas instalaciones estarán ubicadas en las zonas rurales donde se generan residuos agrícolas, ganaderos o forestales, lo que contribuirá a crear nuevos puestos de trabajo en regiones muchas veces amenazadas por la despoblación.
Por otro lado, la producción de combustibles renovables reduciría el volumen de residuos orgánicos que llegan cada año a los vertederos, además de incentivar el reciclaje de residuos como el aceite de cocina usado, que en muchos hogares de este país todavía se tira. hundir. En 2021 se consumieron en los hogares españoles más de 500 millones de litros de aceite, de los cuales sólo se recicló un 10%, lo que nos da una idea aproximada del enorme potencial de estos residuos.
Ante estos datos, es evidente que España está desperdiciando recursos que podrían ser muy valiosos para generar parte de la energía que necesita su economía. Y el problema es que ya vamos tarde. La Unión Europea quiere que la tasa de reciclaje de residuos municipales alcance un mínimo del 55% el próximo año en todos los países y España tiene una de las más bajas del continente, un 36% en 2021, doce puntos por debajo de la media europea. Nuestras autoridades tendrán que trabajar duro para alcanzar estas cifras y garantizar que el país abandone de una vez por todas el seguimiento del reciclaje en Europa.
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