Sufriendo lo que no está escrito ante el colista Almería. Entre una avalancha de ocasiones perdidas y oportunidades concedidas. En un juego loco y de ritmo rápido con giros en la trama. En medio de la angustia, el Barça logró una victoria tan imprescindible como trabajada. Una victoria con un protagonista inesperado, el capitán Sergi Roberto, que con un doblete dio los tres puntos a un equipo tambaleante y con algunos errores defensivos de colegial. La primera mitad fue una cuestión de criterio, especialmente por la actitud. Al menos, en el segundo con la salida de Ferran Torres, el Barcelona despertó para quitarse la vergüenza de la cara. Tuvo que ganar el juego tres veces pero lo logró.
Antes, el Barça llegó al descanso aturdido y entre pitos, merecidamente, desde la grada. El rendimiento del equipo de Xavi fue insoportable. Contra el Almería. El último. Un equipo que llegaba a Montjuïc con sólo cinco puntos y sin ninguna victoria que llevarse. Un equipo desgarrado y derrotado por casi todos los rivales. Bien entonces. Este Almería llegó al descanso aterrizando a oleadas en el área barcelonesa ante el estupor de la plantilla.
Ni siquiera el hecho de que Raphinha adelantara al Barcelona desde un córner había templado los ánimos de unos futbolistas miedosos, desorientados, apagados e incapaces. El brasileño remató a la red después de que Araújo hiciera intervenir al portero con un cabezazo. Un soplo de tranquilidad recorrió a un Olímpic inquieto, ya harto de lo que estaba viendo. Con el marcador 1-0, Lewandowski, negado el disparo, perdonó el segundo tras un regalo defensivo de Édgar. El polaco no pudo con el portero. Que bien le hubiera venido al Barça ampliar la ventaja porque poco después llegó el empate.
El Barça tuvo que avanzar tres veces para conseguir una victoria imprescindible
Araújo, un jugador desconocido ya que jugaba con máscara, falló un control y cedió el balón a Arribas, quien asistió a Leo Baptistão. El exjugador del Espanyol superó a Iñaki Peña. El asistente anuló el gol por fuera de juego pero tras más de un minuto de suspenso el VAR validó el gol, entre protestas de los blaugrana. La acción fue muy justa y se podría haber señalado tanto una cosa como la otra.
En cualquier caso, nada que justificara el doloroso espectáculo que ofrecía un Barcelona desalmado. Las bajas de Pedri por lesión y De Jong, por sanción, las dos luces del equipo, fueron cubiertas por Xavi con las entradas del capitán Sergi Roberto y Fermín. Detrás, un Christensen en modo flan relevó a Koundé.
Pronto se vio que el Barça no entró en acción precisamente como un ciclón. A pesar de llevar tres partidos sin ganar, el equipo de Xavi no mostró muchas ganas ante un rival tan débil. Aun así, Sergi Roberto estuvo cerca de marcar en uno de los córners peor defendidos de la historia.
Acciones aisladas, sin sustancia alguna, sin patrón, sin ideas, sin casi nada. Lewandowski, como siempre, era una isla y João Félix ni siquiera hizo esfuerzo. Lo de los portugueses fue patético. Al menos Raphinha estaba corriendo.
Si con balón el panorama se dibujaba yermo, sin balón el Barcelona se convertía en un horror. El Almería combinó como si fuera un equipo de la zona noble y cuando llegó a los dominios de Araújo y Christensen la sensación de peligro se hizo patente en cada jugada. Inadmisible.
Xavi no encontraba soluciones en el área técnica, se desesperó y bajó la cabeza. También parece haber perdido parte de su entusiasmo. El de Terrassa se cansó de la inoperancia de João Félix y le sustituyó en el descanso por Ferran Torres. También relevó a Christensen por Koundé. Un doble cambio para intentar dinamizar al equipo.
Lo hizo porque Ferran Torres generó mucho más en dos minutos que João Félix en toda la primera parte. El vertical valenciano puso a prueba a Maximiano en un par de ocasiones y a Lewandowski, más presente en esta fase, en otra. El Barça rodeó al Almería con más determinación y los andaluces ya no salieron con facilidad. En esta situación el conjunto blaugrana volvió a salir adelante. Estaba en otra esquina. Raphinha rebotó al primer palo y Sergi Roberto giró el cuello con elegancia supina. Un gol muy bonito para intentar liberar a la afición del Barcelona. Ahora había que no volver a cagar la pata y, si se podía, sentenciar.
Lewandowski, que por entonces ya soñaba con el portero del Almería, se topó nuevamente con Maximiano y luego no logró darle gol a Raphinha. Ocasiones perdonadas que tuvieron un alto precio cuando el Almería puso el 2-2 en una acción absurda. Falta lateral muy lejana, Iñaki Peña que toca a Araújo y no bloquea y Édgar que marca a placer. Increíble.
El Almería marcó dos goles por los errores de Araújo e Iñaki Peña
Llegó el momento de volver a remar y Xavi quemó los barcos recurriendo a Lamine Yamal. Pero no fue el joven, sino el veterano Sergi Roberto quien ejerció de delantero letal para marcar el tercero tras una fenomenal asistencia de Lewandowski. Aún podía haber empatado el Almería pero Iñaki Peña se redimió tras un cabezazo de Baba. En el área otra Sergi Roberto estuvo a punto de marcar un hat-trick pero pegó en el larguero. Por suerte para el Barça el marcador ya no se movió. ¡Qué manera de sufrir! Lo mejor es que no vuelven a jugar un partido oficial hasta el 4 de enero.
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