Con permiso de Tesla, el gran revuelo en la transición hacia el coche eléctrico lo protagonizan ahora las marcas chinas, tanto en España como en el resto de Europa. La previsión es que este año representen una cuarta parte de todos los turismos de este tipo matriculados en la UE mientras incluso exploran la posibilidad de abrir una fábrica en el continente, como acaba de hacer Chery en Barcelona. El aterrizaje ya está en marcha y tiene un doble significado: por un lado, amenaza la hegemonía de los fabricantes europeos y, por otro, incentiva el mercado con precios más bajos.
De las marcas chinas que ya han llegado a España destaca MG, que ha conseguido situar a uno de sus modelos de combustión low cost, el ZS, como el más vendido. También tiene otro en el podio eléctrico, por detrás de los Tesla Y y 3. Le acompañan otras marcas como BYD, SAIC y, más recientemente, BAIC, que este mes empezó a utilizar el puerto de Ferrol para distribuir sus coches por toda Europa. . También venden coches de gasolina, pero el lema se reduce a dos palabras: eléctrico y barato.
La llegada de Chery a Barcelona soluciona por fin la búsqueda de sustituto tras la salida de Nissan
El punto fuerte de estos vehículos es el precio, inferior al de los fabricantes europeos, cuya estrategia tras el fin de la pandemia y cuando se produjo la escasez de chips consistió en concentrar esfuerzos en los modelos de gama alta, que son los que mejores márgenes ofrecen. . Han descuidado el segmento más popular del mercado, pero a cambio obtienen beneficios récord, tal y como indica la consultora EY.
La marca Omoda, perteneciente a Chery, y MG ofrecen coches eléctricos en España con precios cercanos a los 20.000 euros, una vez aplicados descuentos y ayudas. Es lo más cercano que se ha llegado hasta la fecha a los vehículos de combustión y da cierta esperanza a un mercado aún inmaduro. Si se le suma el ahorro en combustible –más caro que la electricidad–, las cuentas pueden empezar a cuadrar. Otra cosa es que el consumidor necesite tiempo y alguna opinión previa antes de comprar un coche eléctrico chino.
El precio de los coches eléctricos y de los turismos convencionales tardará siete años en igualarse
La Agencia Internacional de Energía (AIE) tiene algunos mensajes al respecto. Por un lado, predice que el precio de los coches eléctricos y de los turismos convencionales tardará aún siete años en igualarse. Por otro lado, reconoce el papel de China en el logro de la convergencia. Según sus cálculos, China exportó el año pasado 1,2 millones de coches, un 80% más que el año anterior, lo que le ha permitido entrar con fuerza en los mercados europeos.
El surgimiento de China ha estado acompañado de quejas de los fabricantes locales y de prevenciones políticas. En una reciente carta a los europeos con motivo de las elecciones de junio, el director general de Renault, Luca de Meo, reconoce que China está por delante en tecnología eléctrica y asegura que la industria europea está «amenazada». Por cierto, critica a Bruselas por dedicarse a la regulación, en lugar de promover la autonomía estratégica.
Las marcas chinas empezarán a ser vistas con otros ojos en cuanto empiecen a producir en España, como ha ocurrido con tantos grupos extranjeros. Con su apuesta por Barcelona, Chery no sólo se protege de los aranceles que pueda imponer una Europa más proteccionista, sino que también allana el camino. Hasta la fecha, sólo un fabricante chino, BYD, había anunciado la apertura de una fábrica en la UE, en Hungría. De la mano de Ebro-EV Motors, Chery prevé ensamblar 150.000 vehículos en 2029 en las antiguas instalaciones de Nissan en la Zona Franca.
Otra empresa china, Envision, ya ha recibido ayudas para su proyecto de fábrica de baterías de litio en Extremadura, en el que, dice, invertirá 2.500 millones de euros y empleará a unas 3.000 personas.