Se fue uno de los grandes. Francisco Ibáñezpadre de los inmortales Mortadelo y FilemónMurió este sábado y nos dejó un legado interminable. Nos quedamos con sus cómics, miles de viñetas en las que se han refugiado estos días sus seguidores.
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Y es que quizás estemos ante el más popular de nuestros dibujantes. Un autor cuyo humor nos dotó de sentido, distorsionando la realidad para hacerla digerible.
La sátira de Ibáñez supo agudizar el presente, de tal manera que nunca rehuyó las broncas de nuestra siempre viva fauna política, sin esconder nunca su animadversión hacia los desmanes de una derecha retrógrada y caspa.
Genio pic.twitter.com/iRXvkW6lRY
— Revista Mongolia (@revistamongolia) 15 de julio de 2023
No fue fácil. Señalar la corrupción de quienes creen que la patria es su cortijo le causó algún que otro problema. ibanez sufrió de primera mano acontecimientos populares para ocultar sus miserias, a pesar de que ahora su líder, Alberto Núñez Feijóosumarse -no sin cierto oportunismo- a las condolencias.
Tú y tu partido bastan para olvidarse de Ibáñez, Alberto… https://t.co/omU9Tgkshu pic.twitter.com/WTqhI4sK9k
— EduardoBravoOficial (@EBravoOficial) 15 de julio de 2023
Dicen los que saben que uno de los beneficios del arte es su capacidad de escuchar a la sociedad. Ibañez era, en ese sentido, capaz de escuchar ese galimatías constante y ordenar el caos en las cuadrículas de sus historietas.
Quizá por eso se adelantó a su tiempo, actuó como un oráculo y vaticinó la inminencia de un fascismo que ha dejado de ser una mera hipótesis:
Debemos admitir que nos advirtió a tiempo. pic.twitter.com/Ce3il76zyu
— XR🏳️🌈🏳️⚧️🌻 (@xrgg9) 15 de julio de 2023
Necesitamos muchos Ibañez. Todavía conservamos su obra, sus hijos predilectos: Mortadelo y Filemón. Dos eternos personajes que, de la mano de Ibañez, supieron retratar el dolor de una sociedad cautiva de la hipocresía y el cinismo.
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