La nueva política de litio del presidente chileno gabriel bórico amenaza el monopolio de la principal explotadora de minerales en Chile, la polémica Sociedad Minera y Química (Soquimich o SQM), una de las empresas más lucrativas del país, más conocida por sus corrupción y vínculos con la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) que por sus millonarios negocios y operaciones.
Soquimich, controlada durante 40 años por Julio Ponce Lerou -quien fue yerno del dictador- y hoy también por la china Tianqi, es una de las principales productoras mundiales de yodo, potasio y fertilizantes, pero en los últimos años su principal negocio se ha concentrado en el litio que extrae del Salar de Atacama, el más grande de Chile y el tercero del mundo.
Alguno contratos generosos Firmados entre 1993 y 1995 con la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), administradora estatal del yacimiento, entregaron a la minera el dominio estratégico del salar en concesión hasta 2030 (y renovable) con condiciones privilegiadas.
«SQM fue y sigue siendo la reina mimada (mimada) de la Bolsa de Comercio de Santiago, la que reporta los grandes beneficios y ganancias», dijo a Efe el periodista Carlos Tromben, experto en las potencias económicas de Chile.
El proceso de privatización de Soquimich se inició en plena dictadura, a principios de la década de 1980. Ponce, quien en ese momento presidía el directorio de SQM así como el gerente general de Corfo, incorporó hasta un 30% de capital privado a la empresa, endeudados y convertidos en una carga para el Estado.
El tema cobra relevancia ahora, cuando el presidente Boric anunció la creación de una asociación público-privada para la explotación del litio, ya que Chile es el segundo productor internacional.
Una estructura piramidal compleja
«Los propios trabajadores se convirtieron, en parte, en dueños de la empresa a través de la política del llamado ‘capitalismo popular’, impulsada por el régimen bajo la consigna ‘deja de ser proletario y vuélvete dueño'», explicó a EFE el periodista Sergio Jara, investigador de las grandes tramas de corrupción chilenas.
En una disputada operación, Julio Ponce -junto a otros ejecutivos- compró tiempo después y a bajo precio las acciones adquiridas por los trabajadores y agrupadas en la empresa Pampa Calichera, a partir de la cual el empresario creó una estructura compleja de sociedades en cascada controlar SQM con poco capital.
“Las cataratas son empresas papeleras, con estructura piramidal que tienen su cadena de control en las Islas Caimán”, explicó Jara.
Según él, permitieron que Ponce se endeudara para comprar más acciones, mejorar su posición en la empresa y «colocar» en el directorio a sus amigos y socios, como el exministro de Pinochet, Hernán Büchi, ahora en el cargo.
El periodista Víctor Cofré, autor de un exhaustivo perfil sobre Ponce, lo describe como “un personaje controvertido y enigmático quien ocupó cargos públicos durante casi una década; tomó el poder de una empresa, Soquimich, que pertenecía al Estado; Enfrentó públicamente a empresarios y grandes autoridades y financió, a través de la empresa que gobierna desde 1987, a políticos de todos los colores”.
También habla de un presidente corporativo fuera de lo común, con dedicación casi exclusiva y presencia permanente en su despacho y obsesionado con el litio.
Para algunos fue un visionario talentoso, que levantó del suelo a Soquimich y detectó una oportunidad única al abrirle las puertas de SQM al litio. Para otros, un simple extractivista.
Hay que desmitificar un poco a estos grandes empresarios que se presentan como si fueran los únicos capaces de explotar una faena con ese nivel de recursos naturales. No tienes que ser un genio para hacerlo, dijo Jara.
Con una fortuna personal que la revista Forbes cifra hoy en 3.500 millones de dólaresPonce incluso mantiene el poder dentro de Soquimich aunque ya no forma parte del directorio, aseguraron a EFE periodistas y extrabajadores.
Según un ex alto funcionario de la empresa consultado por la agencia española, «controla indirectamente algunas empresas y puede designar a tres de los ocho directores de la empresa».
Corrupción
En 2015, luego de casi tres décadas ininterrumpidas como Presidente del Directorio, Julio Ponce se vio obligado a renunciar debido a uno de los mayores escándalos de corrupción política en Chileque descubrió que la empresa minera había distribuido dinero irregularmente a sectores políticos de todo tipo entre 2009 y 2014.
El caso coincidió con la divulgación de otros precedentes sobre malas prácticas bursátiles y financieras de las sociedades en cascada en contra de los intereses de los accionistas minoritarios, entre ellos el del entonces presidente Sebastián Piñera (2010-2014).
El prestigio de SQM terminó por hundirse tras varias sentencias judiciales por prácticas antisindicales contra sus trabajadores: «La empresa compró a los dirigentes con prebendas» y «los dividió», dijo a Efe Tranquilino Alucena, entonces dirigente sindical.
En medio de las negociaciones para extender su concesión de litio, Soquimich lanzó recientemente una campaña mediática para renovar su imagen, modernizarla y, sobre todo, enterrar definitivamente sus dos grandes lastres: los vínculos con la dictadura y la corrupción.
Fuente: EFE
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