La bomba explotó en agosto de 2017. De nada sirvieron el «quedarse» de Piqué en Instagram o el «estoy 200% seguro de que Neymar seguirá en el Barcelona» del entonces vicepresidente deportivo, Jordi Mestre. Tras formar parte de una de las líneas de ataque más temidas del fútbol junto a Messi y Luis Suárez, Neymar decidió cambiar el Barcelona por el París. ¿Los motivos? Dejar de estar a la sombra de Messi. Quería crecer. Deja de ser el mejor actor de reparto para ganar el Oscar a la mejor protagonista. Y claro que ya estaba pensando en ganar el Balón de Oro. El PSG le ofreció, a su juicio, ser reconocido como el mejor jugador del planeta.
Seis años después, sin Balón de Oro y sin Champions, Neymar pondrá fin a su aventura en París para marcharse al Al-Hilal de Arabia Saudí. Aún no es oficial. Pero desde el país árabe y también en París hablan de un contrato por dos temporadas por las que cobrará unos 100 millones de euros anuales, cantidad que le convertiría en el segundo futbolista mejor pagado de Arabia tras Cristiano Ronaldo. La salida de Neymar será la venta más valiosa en la historia del PSG. Como fue su llegada. El día de su presentación, hasta la Torre Eiffel le dio la bienvenida proyectando su nombre. Así lo exigía el previo pago de 222 millones de su cláusula al Barça en una operación sin precedentes.
El Barça quería jugar contra el brasileño en una operación institucional que buscaba atractivo para llenar Montjuïc
Para entonces, Neymar había ganado dos veces para estar entre los tres mejores del mundo. Pero siempre detrás de Messi y Cristiano Ronaldo. Seis años después, no solo no lo ha ganado, sino que se ha ido hundiendo cada vez más en el ranking, siendo el último el peor, sin estar siquiera entre los 30 mejores futbolistas. Al PSG con Neymar tampoco le ha ido mucho mejor. El brasileño nunca logró llevarse bien con Mbappé en un duelo de egos. En las últimas horas, el brasileño incluso dio la Me gusta a una publicación de Instagram que citaba un informe del periódico L’Equipe quien aseguró que el año pasado Mbappé exigió su salida del PSG. Juntos han ganado cinco Ligas, dos Copas de la Liga, tres Copas de Francia y cuatro Supercopas de Francia. Pero nunca la Champions League.
A pesar de todo, Neymar nunca se olvidó de Barcelona. “Lo que más quiero es volver a jugar con Messi. Seguro que el año que viene lo haremos”, dijo en diciembre de 2020, abriendo la puerta a un posible regreso. Pero no fue así. La renovación de Messi fracasó y, entre lágrimas, se vio obligado a mudarse a París.
Dos años después, Luis Enrique aterrizaba en la capital de Francia. Sin Messi, ya en Miami, el asturiano, que ganó el triplete con Barça y Neymar en 2015, le dijo al delantero de 31 años que ni él ni el PSG cuentan con él. Neymar, una vez más, picó en la puerta de Barcelona, ciudad que visita habitualmente. Amante de la vida nocturna -famosas son las fiestas multitudinarias que organiza en febrero por su cumpleaños-, la última vez que se le vio en Barcelona fue para organizar y asistir a la fiesta de sus excompañeros tras ganar la Liga.
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Xavi nunca vio claro el regreso del delantero que se marchó en 2017 en busca de más proyección individual
Sin haber logrado el regreso de Messi, el presidente Laporta se planteó seriamente su incorporación. Siempre le gustó la magia del regate. Y sus goles también. En la Ligue 1 nunca ha bajado de los 13 goles por curso, y el presidente pensó que Neymar podía ser un buen reclamo para ir a Montjuïc siempre que se diera como libre o cedido. Neymar tuvo que rescindir su contrato con el PSG, que duraba hasta 2025, y adaptarse a las condiciones económicas del Barça. Xavi no lo vio tan claro, nunca aprobó la vuelta de su expareja. Y apareció Arabia Saudita. Aunque algunas voces apuntaban a que el Al-Hilal podría ceder al futbolista al Barça, fuentes cercanas a Neymar descartan su aterrizaje en Montjuïc.