COLOMBO, Sri Lanka – El presidente iraní, Ebrahim Raisi, dijo que su país ha demostrado que Occidente no tiene el monopolio de la tecnología al inaugurar un proyecto hidroeléctrico y de riego en Sri Lanka el miércoles.
Raisi es el primer líder iraní que visita Sri Lanka desde que el ex presidente Mahmoud Ahmedinejad visitó el país en 2008.
«Los países occidentales intentaron convencer a todos los demás de que el conocimiento y la tecnología son exclusivos de esos países», dijo Raisi, dirigiéndose al presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, y a otros altos funcionarios. Añadió que la “idea” tenía sus raíces en el “colonialismo y la arrogancia” y que Irán ahora podía compartir sus conocimientos con otros y que actualmente tenía proyectos en 20 países.
El proyecto Uma Oya, en el distrito central de Badulla, fue construido con asistencia técnica iraní. Valorado en 514 millones de dólares, fue iniciado en 2010 por el grupo de ingeniería iraní FARAB e Irán aportó inicialmente 50 millones de dólares. Pero en 2013, la financiación no pudo continuar debido a las sanciones internacionales contra Irán. El gobierno de Sri Lanka decidió entonces completar el proyecto con sus propios fondos y utilizando el mismo contratista iraní.
La finalización del proyecto estaba prevista para 2015, pero se retrasó por las sanciones internacionales contra Irán, problemas técnicos y la pandemia de COVID-19, dijo el gobierno en un comunicado antes de la visita de Raisi.
El proyecto agregará 290 GWh de electricidad anualmente a la red nacional e irrigará 4.500 hectáreas (11.100 acres) de tierras nuevas y 1.500 hectáreas (3.700 acres) de tierras agrícolas existentes.
«Nuestros enemigos no querían que Irán se desarrollara y progresara… por lo que la voluntad y la determinación del pueblo iraní se hicieron realidad y nuestros enemigos quedaron decepcionados», dijo Raisi.
Raisi y Wickremesinghe presenciarán la firma de cinco memorandos de entendimiento y está previsto que emitan una declaración conjunta.
Raisi llegó a Sri Lanka procedente de Pakistán, donde los dos países acordaron fortalecer la cooperación económica y de seguridad.
La nación insular del Océano Índico se declaró en quiebra en abril de 2022 con una deuda de más de 83.000 millones de dólares, más de la mitad de ella con acreedores extranjeros. El gobierno de Wickremesinghe obtuvo un paquete de rescate de cuatro años del FMI para rescatar al país de su peor crisis económica.
A pesar de la mejora de los indicadores económicos, Wickremesinghe, que llegó al poder en 2022, se enfrenta a una reacción pública por los elevados impuestos y el elevado coste de la vida.