Un año más, Cataluña seguirá siendo la comunidad autónoma de régimen común donde las rentas bajas pagan un IRPF más elevado, tras el rechazo de los presupuestos de la Generalitat para 2024 por parte de la mayoría de los grupos políticos del Parlament. La ley de acompañamiento de las cuentas públicas estableció una reducción del tipo de escala autonómica en el primer tramo impositivo en un punto: del actual 10,5% al 9,5%.
La medida benefició retroactivamente a todos los ciudadanos con unos ingresos de 33.000 euros o menos al año al 1 de enero. Eso equivale al 73% del total de contribuyentes: unos 2,6 millones. Por lo demás, la medida habría tenido un impacto neutro ya que la tributación en otros tramos se ajustaría ligeramente al alza (unas décimas).
Se estimó que un contribuyente medio se ahorraría unos 125 euros en el pago del impuesto, dentro de una escala que se dividía en ocho tramos -los nueve anteriores- y tipos que oscilaban entre el 9,5% y el 25,5%.
La medida tenía como objetivo paliar el aumento del coste de vida de las familias y también proteger contra los saltos entre paréntesis y un mayor pago de impuestos, que se produce con los aumentos salariales que pretenden compensar la inflación.
El coste de esta reducción del IRPF prevista para 2,6 millones de contribuyentes impulsada por el Gobierno de la Generalitat y que ahora ha sido rechazada con todos los presupuestos asciende a 55,7 millones de euros, según recoge el Informe Anual. Evaluación de impacto de la ley de seguimiento presupuestario analizada por el Consell de Treball Econòmic i Social de Catalunya (CTESC). Según el citado Informe, el impacto de la pérdida de recaudación no se habría producido hasta 2026, cuando se liquide el modelo de financiación correspondiente a 2024.
Si las cuentas salen adelante y con el nuevo marco fiscal en el impuesto, Cataluña no se posicionaría en el resto de tramos como la comunidad con mayor tipo impositivo, una de las demandas más repetidas de la patronal. Tras el rechazo de las cuentas, la comunidad no se sumará finalmente a las reducciones de impuestos que una decena de comunidades han impulsado en los últimos dos años, ya sea mediante deflación para paliar la subida de la inflación o con la reducción de impuestos. tipo.
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