La presión fiscal en España sigue siendo elevada, en niveles cercanos a los máximos de 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Funcas publicó ayer un artículo en el que calcula que la presión fiscal (recaudación en relación al PIB) de los cuatro principales impuestos (IRPF, IVA, Sociedades e impuestos especiales) fue el año pasado del 17,8% del PIB. Ligeramente por debajo del 18,2% del año anterior.
El investigador de Funcas, Desiderio Romero, destaca que analizando un largo periodo desde 1995, «el crecimiento de la presión fiscal» arranca «en 2010, tras el desplome de la recaudación con el fin de la burbuja inmobiliaria» y se acelera «entre 2019 y 2022». Según el investigador de Funcas, el incremento “se explica fundamentalmente por la evolución del IRPF, debido a aumentos constantes tanto en la amplitud de la base imponible como en los tipos medios aplicados”. Y precisa que “una parte importante de este aumento en los años pospandemia se debe al fracaso generalizado en corregir la progresividad del frío”. Romero se refiere a la falta de deflación. Si los tramos del impuesto sobre la renta de las personas físicas no se elevan en función de la inflación (deflactados), los aumentos salariales de los trabajadores destinados a compensar la inflación acaban provocando que los tipos que pagan al Tesoro sean cada vez más altos. En el periodo 2019-2023, el tipo medio del IRPF aumentó 1,6 puntos.
La presión fiscal se mantiene en niveles cercanos a los máximos previos a la crisis inmobiliaria
El investigador reconoce que «la evidencia disponible respalda que este aumento de los ingresos procedentes del IRPF puede favorecer una mejora en la redistribución de la renta», pero matiza que «también pueden generar costes sobre el crecimiento económico que conviene tener en cuenta tanto en la debate «tanto técnico como político».
El IRPF fue el impuesto donde más creció la presión fiscal desde 2010, con un incremento de dos puntos del PIB hasta 2023, según el investigador de Funcas. La Airef ha estimado que la inflación provocó un aumento de la recaudación a través del IRPF entre 2021 y 2022 de 6.200 millones. Romero recordó que “el fenómeno de la inflación en el impuesto no sólo afecta a la tarifa, sino también a otros elementos del impuesto como los mínimos o las deducciones”.
En el caso del IVA, Romero destacó que «la reducción de la presión tributaria del IVA en 2023 es temporal, consecuencia de las reducciones impositivas».
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