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Las mujeres profesionales tienen más probabilidades de trabajar a tiempo completo desde la pandemia en sectores donde el trabajo híbrido y remoto es ahora una práctica estándar, según una investigación basada en datos oficiales del Reino Unido.
El análisis de los microdatos de la Oficina de Estadísticas Nacionales realizado por la consultora Public First, publicado el jueves, ofrece algunas de las pruebas más sólidas hasta el momento de los beneficios que se derivan del trabajo a domicilio para las personas y la economía en general.
La proporción de mujeres empleadas en el Reino Unido que trabajan a tiempo completo ha aumentado del 56,5 por ciento en 2019 al 58,7 por ciento este año. Pero Public First descubrió que el aumento había sido mucho mayor en sectores donde muchas empresas habían adoptado políticas laborales híbridas.
En finanzas y seguros, la proporción de mujeres que trabajan a tiempo completo había aumentado del 75 por ciento al 83 por ciento. En información y comunicaciones, había aumentado del 79 por ciento al 83 por ciento y en otros servicios profesionales del 68 por ciento al 71 por ciento.
El cambio fue aún más pronunciado para las madres: la proporción que trabaja a tiempo completo aumentó en más de 10 puntos porcentuales en finanzas y TI.
Rachel Wolf, socia fundadora de Public First, dijo que los hallazgos representaban “evidencia convincente de que las cosas que aceleró el Covid son realmente beneficiosas para una parte de la fuerza laboral que tiene un alto capital humano y no trabaja tantas horas como hombres».
Si bien otras razones podrían explicar por qué las madres trabajan más horas (incluidas las presiones del costo de vida o que los padres asumen más cuidado de los niños), la investigación muestra un claro contraste entre los sectores donde el trabajo a domicilio es más fácil y aquellos donde los trabajadores todavía necesitan estar en gran medida en el lugar.
En los campos peor remunerados, también hubo un gran aumento en la proporción de mujeres que trabajan a tiempo completo en servicios administrativos y de apoyo, donde el trabajo remoto es común. Por el contrario, hubo una fuerte caída en la hostelería, donde la escasez de mano de obra ha obligado a muchos empleadores a ofrecer turnos más favorables a las familias.
El aumento de las horas de trabajo de las mujeres es aún más importante dado el grado en que se ha reducido la fuerza laboral general del Reino Unido desde la pandemia.
Los datos de la ONS publicados esta semana mostraron que la proporción de adultos en edad de trabajar que no tenían ni buscaban trabajo había aumentado al 21,1 por ciento en el último período de tres meses, con un récord de 2,6 millones que dijeron que la mala salud les impedía trabajar.
Sin embargo, los avances en el empleo femenino podrían estar en riesgo si los empleadores intentan revertir las políticas de trabajo híbrido a medida que el mercado laboral se debilita y el personal se vuelve menos capaz de exigir flexibilidad.
El análisis de Public First se alimentó de un informe más amplio publicado el jueves por la Comisión de Trabajo Híbrido, un grupo encargado de asesorar a los ministros sobre cómo maximizar los beneficios de las prácticas laborales pospandémicas.
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La comisión encontró que tres cuartas partes de los trabajadores híbridos sintieron que mejoraba su equilibrio entre el trabajo y la vida privada, y el 70 por ciento de aquellos con hijos menores de 18 años dijeron que les facilitaba hacer malabarismos con sus responsabilidades.
Sin embargo, la mayoría de los empleadores que operaban con acuerdos de trabajo híbridos no estaban convencidos de que aumentaran la productividad.
La comisión dijo que esta “brecha de percepción puede ser suficiente para obstaculizar la capacidad de las empresas británicas de maximizar los beneficios del trabajo híbrido y remoto”.
Los ministros han dado mensajes contradictorios sobre el trabajo a domicilio, instando en algunos momentos al personal a regresar a la oficina por el bien de los colegas más jóvenes y de las economías del centro de las ciudades, mientras que más recientemente invocaron la disponibilidad del trabajo remoto como justificación para recortar la elegibilidad para recibir prestaciones por enfermedad.