Un trasnochado en el césped del Camp Nou. Un plató de cine. Un conjunto incomparable. Quizás el último gran evento que acogió el Estadi fue la despedida institucional de Sergio Busquets Bustos, como a él le gustaba recordar, que la B que aparecía en la espalda al principio era en honor a su padre ya su madre. “Ha sido un honor, un privilegio y un orgullo. Esto no es un adiós sino un hasta luego porque seguro que nos volveremos a encontrar. Vaya donde vaya, habrá una familia culé apoyándolo”, dijo como epílogo a sus 15 años de carrera, con 722 partidos y 32 títulos con el Barcelona.
El acto, con el presentador Dani Martínez como maestro de ceremonias, sirvió para descubrir al Busquets más personal, ese que su fútbol y su influencia en el juego siempre taparon («Mejoraba cada jugada que pasaba por él», en palabras de Luis Enrique). Al administrador del grupo de WhatsApp de vestuarios. A quien los compañeros llamaban policía. “Es un policía frustrado. Me lo puse”, confesó Xavi Hernández. Aquel que se ganó el corazón de sus compañeros, el respeto de los rivales y el cariño de los entrenadores. “T’estimo”, le dedicó Vicente del Bosque con el que ganó el Mundial de Sudáfrica en un vídeo. «Te quiero mucho», le dijo en otra grabación Leo Messi, que pidió disculpas por su ausencia. “Mereces irte de esta manera. Fue un honor compartir tanto tiempo contigo”, reconoció el crack.
Hasta el Real Madrid estuvo en el adiós de Busquets. “Ha sido clave en todos los éxitos de esta Barcelona de gran éxito”, le dijo Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales de los blancos. No en vano, el capitán del Barça es el jugador con más clásicos, 48.
Relajado en un sillón frente a su familia, Busquets finalmente se soltó. Habló de sus sensaciones más ocultas sobre el campo, como cuando contó el año perfecto de las Sis Copes en 2009. “Es feo decirlo, pero estuvimos un poco por delante del resto. Lo consiguió todo junto. El entrenador (Guardiola) leía los partidos como nadie y nos daba soluciones y el grupo fue una barbaridad”.
Pep no estaba -tiene que preparar una final de Champions-, pero le planteó un reto. “En La Pobla de Mafumet o en Manresa, en campos de tierra, ahí empezasteis a hacerme triunfar. Sé que quieres ser entrenador, así que te espero en el banquillo. Te voy a quitar el balón y marcar a tu centrocampista”.
«Aún quedan algunos años», recogió el guante Busquets. “Voy a sacar mi tarjeta. Quiero ver si valgo o no”, explicó, en presencia del actual cuerpo técnico, encabezado por su amigo Xavi. “Ha tocado diez”, el de Le señaló Terrassa, que relató sus intentos de seguir un año más en el Barça: «Quemamos todos los cartuchos y no hubo forma de convencerle. Pensando en el amigo, creo que lo hace perfecto», analizó.
“A principios de año empecé a tenerlo claro. Luego llegué a los entrenamientos y me entraron dudas”, abundó Busquets, ante todo el primer equipo y también excompañeros como Gerard Piqué, Carles Puyol, de quien heredó el número 5 (“Se lo ofrecí”). , o Bojan. ¿A quién ve como su sucesor? le preguntaron. «Me he comido bastantes bolas para elegir ahora al capitán», bromeó.
“Siempre en un segundo plano pero ha sido un pilar”, dedicó Elena Galera, su mujer, que subió al escenario con Levi y Enzo, sus hijos. “Él vive para el fútbol. Él ve todo. el es pesado Al principio cuando perdía estaba peor. Luego aprendió a desconectarse”, reveló.
“Su leyenda explica el Barça de los últimos 15 años”, reflexionó el presidente, Joan Laporta. “Te dan ganas. Y los valores los aprendió en casa”, apuntó recordando a Carles, su padre, que fue portero del primer equipo durante nueve años. “Nos volveremos a encontrar y la historia de amor de Busquets con el Barça terminará sigan escritos con letras de oro», prometió el presidente.
Sergio no jugará en Vigo ni viajará a Japón para el duelo ante el Vissel Kobe de Iniesta, que al igual que Pedro, Thiago, Bartra, Luis Enrique, le grabaron vídeos. Busquets solo hay uno.
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